Juan Martín Del Potro protagonizó una de las escenas del año en el mundo tenístico. Un gigantón de 1,98 derramando lágrimas de emoción, impresiona. El argentino, que ha vivido un auténtico vía crucis durante los pasados tres años por culpa de una lesión de muñeca -a punto estuvo de colgar la raqueta-, ve la luz al final del túnel. Medalla de plata en Río, Delpo perdió ante Wawrinka en los cuartos de final del US Open.
En pleno partido, con Wawrinka al servicio para cerrar su triunfo, la grada del Estadio Arthur Ashe de Nueva York empezó a rugir y brindó a Del Potro una sonora ovación. El argentino, emocionado, no pudo evitar que se le saltaran las lágrimas. Apoyado en su raqueta, la Torre de Tandil devolvió el aplauso agradeciendo el tremendo calor que le brindó la afición.
Tras el partido Del Potro, a pesar de la derrota, sonreía: "Jamás olvidaré lo que sucedió hoy aquí". Solo él sabe el infierno que ha vivido. Ahora, con su tenis brillando en su máximo esplendor, toca disfrutar.