Decisión insólita de la organización de Wimbledon. Marion Bartoli se ha visto obligada a abandonar el torneo de hierba más importante del mundo. ¿La razón? Su extrema delgadez que preocupaba al equipo médico.
Bartoli, que el año pasado alardeaba de su increíble cambio físico -pasó de tener una figura esbelta a una delgadez desmesurada-, afirma que está viviendo una pesadilla por culpa de un virus que la hace estar "muy enferma", lo que le obliga a recurrir a "métodos muy fuertes" para mejorar.
"Mi vida se ha convertido en una pesadilla (...) Estoy desmejorada y no sé por qué" afirmó la campeona de Wimbledon 2013, que apareció extremadamente flaca en el programa This Morning.
Interrogada sobre los rumores de anorexia, la tenista francesa, de 31 años, contestó: "No me inflijo sufrimientos a mí misma, lo que vivo es horrible. Temo por mi vida."
La ausencia de Bartoli el martes en el partido de dobles en el torneo de las leyendas que debía disputar, sorprendió. La francesa fue sustituida por Melanie South, y este jueves ha salido a la luz la preocupante razón de su marcha del All England Club.
Bartoli, una tenista peculiar
La vida de Marion Bartoli está llena de historias curiosas. La tenista francesa decidió dejar el tenis profesional en verano de 2013, tan sólo seis semanas después de ganar Wimbledon.
A sus 28 años, su cuerpo dijo basta. Muy castigada por una figura con algo más de volumen de lo normal en el mundo de la raqueta, y por un estilo de juego muy agresivo al resto, en el que su drive a dos manos era su seña de identidad, Bartoli sorprendía a todos con su temprano adiós.
Hija de un médico aficionado al ajedrez y de una enfermera, Bartoli era admiradora de la tenista de origen serbio y nacionalizada estadounidense Monica Seles, que al igual que ella pegaba drive y revés a dos manos.
La francesa, sin embargo, no alcanzó el brillo de la exnúmero uno del mundo. Considerada una de las jugadoras más trabajadoras del circuito, Bartoli no había ganado ningún Grand Slam antes de su triunfo en Wimbledon y el séptimo lugar que ocupaba por entonces era el más alto de su carrera. La tenista gala decidió colgar la raqueta cuando se encontraba en plena cumbre.
Coeficiente intelectual más alto que Einstein
A los nueve años le hicieron un test de inteligencia que arrojó unos resultados sorprendentes. Su coeficiente intelectual, de 175, es más alto que el de Albert Einstein.
Bartoli, sencilla como siempre, quitaba hierro a su supina inteligencia: "Fue un gran resultado, pero tal vez la persona que me hizo el test lo hizo totalmente mal y ahora me lo hacen otra vez y tengo un número completamente diferente. No me considero un genio ni nada. Hago millones de cosas estúpidas cada día", explicó en su momento la francesa.
Pero lo cierto es que su personalidad se aleja a veces de lo habitual. Marion admitió con naturalidad que durmió una siesta en el vestuario antes de salir a jugar la final de Wimbledon.
"No soy rubia, pero gané Wimbledon", dijo desafiante la francesa en una entrevista respondiendo a las desafortunadas críticas a su imagen física que le dedicó un presentador de la BBC.
Tres años después de su adiós al tenis en activo, y tras coquetear con su vuelta al circuito -a través de su perfil oficial de Twitter, Bartoli especuló hace año y medio con un posible retorno. "¿Volver o no volver al tenis? ¿Qué pensáis? ¿Debería?", preguntaba a sus seguidores una Marion Bartoli quien, tras retirarse, lanzó su propia línea de calzado-, la curiosa tenista francesa comenzó a dar un giro radical a su imagen.
Lo más habitual en el mundo del deporte profesional es que los deportistas retirados ganen algunos kilos de más tras el adiós. Pues bien, en el caso de Bartoli sucede todo lo contrario. Marion no para de adelgazar. El Yoga y el CrossFit habían sido los culpables de su increíble cambio de imagen.
Como vemos, Bartoli subía fotos a las redes sociales, mostrándose orgullosa de su cambio de figura. Ahora, la extrema delgadez se ha convertido en un grave problema de salud para ella.