Se llama Dami Edibson, y hoy podría no estar viva. La tenista mallorquina debía estar en el aeropuerto Atatürk de Estambul en torno a las 22:00 h, la hora en que se produjo el atentado que terminó con la vida de 42 personas, y dejó 239 heridos.
Pero el destino quiso que no fuera así. Su partido se alargó más de la cuenta, se salió del horario previsto por la expedición, y decidieron a última hora aplazar el desplazamiento. "Siempre le recrimino que muchas veces pierde o gana de forma ajustada partidos que tenía solventados de forma clara. Esta vez, le ha salvado la vida", afirma su representante, Dani Fuster, en palabras recogidas por Diario de Mallorca.
Fuster asegura que nunca estuvo tranquilo al conocer que debían ir a jugar a Turquía, pero que el jefe de la expedición española le confirmó que todo estaba bajo control. Sin embargo, al conocer la noticia del atentado trató de ponerse en contacto con Dami, y no la encontraba. "Pasaron 45 minutos hasta que la encontré, los peores de mi vida. Me volví loco", afirma aún afectado. "No me quiero morir, te quiero", le dijo la joven tenista a su mentor al conseguir contactar por teléfono.
El caso es que Dami debía regresar a España junto a sus compañeros en torno a las 22:00 h de la noche del atentado del aeropuerto de Atatürk. Como su partido, disputado a medio día en Mersin, se retrasó mucho más de lo esperado, en la expedición se dieron cuenta de que perderían el avión. Ninguno de ellos se desplazó hasta Estambul, sino que decidieron hacerlo al día siguiente. Hoy Dami ha llegado a Palma. El tenis le ha salvado la vida.