Si hay un tenista que ha estado en el ojo del huracán por culpa de los posibles amaños en el mundo de las apuestas, ese es Nikolay Davidenko.
El ruso, que en su día estuvo entre la élite de la raqueta -llegó a ser número cuatro del mundo- fue el que inició la sospecha allá por 2007. Él fue uno de los grandes culpables de que se comenzara a destapar y a vincular, el problema de los apuestas, los amaños y el tenis.
Jean Philippe Dercq árbitro profesional belga, saltó a la fama allá por 2007, por advertir a Davydenko -en ese momento número cuatro del tenis mundial- al tener la impresión de que el ruso se estaba dejando ir en su partido de segunda ronda en el torneo de San Petersburgo contra el croata Marin Cilic, por entonces número 102 del mundo y que llegaba desde la previa. A Nikolay este aviso le sentó mal. "Nunca había oído algo así", comentó sorprendido. Pero después la ATP le dio la razón a Dercq y multó al jugador con 1.390 euros "por no haberse esforzado al máximo".
El caso olía mal. Davydenko se paseó en el primer set (6-1) en tan sólo 27 minutos. Después, misteriosamente, ya no fue el mismo. Por arte de magia, comenzó a cometer errores no forzados, dobles faltas...el cambio fue tan llamativo, que el propio árbitro tuvo que amonestarle por su "mal comportamiento, nula combatividad, en la pista".
Davydenko, que terminó perdiendo un partido que tenía encarrilado, justificó su derrota por culpa de una molestias físicas y un tremendo agujero mental. "Mis piernas estaban agotadas, no me podía mover. A partir del segundo set empecé a sentirme noqueado, completamente desenchufado del partido, psicológicamente fuera de la pista, y no por falta de deseos de seguir en la lucha, sino porque las piernas no respondían". Los que presenciaron el partido no dejan de salir de su asombro.
La transformación de Davydenko fue brutal. Los pocos creyentes en Cilic, que habían apostado por su victoria tras ceder el primer set, se llenaron los bolsillos. La sensación de amaño, nunca se pudo demostrar, quedó en el ambiente.
El caso Arguello
Las sospechas de amaños de partido con Davydenko, llovían sobre mojado. El ruso estaba siendo investigado por un partido que disputó ese mismo 2007 en Sopot (Polonia) frente al argentino Martín Vasallo Arguello, por entonces número 87 del ranking ATP. El partido transcurrió por un derroteros muy parecidos al que disputaron meses después Davydenko y Cilic.
Nicolay se impuso con solvencia en el primer set por (6-2). De nuevo adoleciendo problemas físicos, el guión del partido dio un giro tarantiniano en la segunda manga. Arguello se impuso por 6-3. Ya en el set definitivo, Davydenko comenzó a arrastrar su pie. Aparentemente lesionado, abandonó con un marcador adverso de 1-2.
Una lesión en el pie -fractura por estrés- fue la supuesta culpable del bajón que dio Nikolay. Hasta ahí todo parece normal. Pero claro, si antes del partido entre e número 4 y el 87 del mundo, y tras el primer set, anticipándose tal cual pitonisos al destino, se apostaron más de 7 millones de dólares a la victoria de un tenista argentino que jamás había sido capaz de imponerse a un TOP 10, la cosa cambia.
Varios cuentas localizadas, sospechosamente en Rusia, se convirtieron en millonarios por momentos. La casa de apuestas afectada, Betfair, tras consultar con la ATP, decidió anular la apuesta y devolver el dinero. Davydenko siempre negó conexión alguna con las personas que habían apostado en su contra. Pero la sombra de la sospecha jamás despareció de su lado.