A finales de julio del 2014, Eugenie Bouchard era la jugadora de moda. Había perdido la final de Wimbledon ante Kvitova pero los focos apuntaban hacia ella. Con tan sólo 20 años, tenía el futuro en sus manos. Todos o casi todos, veían en ella como una tenista de época. Pese a su juventud e inexperiencia, alcanzó las semifinales de los Gran Slam de Australia, Roland Garros más la citada final en Londres. Todo en el mismo año. Era la número 5 del mundo y su carrera como tenista, no había hecho más que comenzar. Pasó de ser una semi desconocida a estar en boca de todos los aficionados. Su tenis, carisma y belleza dentro y fuera de las pistas, le habían lanzado a la fama.
Un año y medio después, la canadiense es la número 48 del ranking WTA y no ha podido encadenar cuatro partidos seguidos con victoria. Y lo peor no son los resultados. Lo más dramático de su situación es que no puede competir. Eugenie sufre unos fuertes mareos que le han impedido disputar un sólo partido al completo desde el último Gran Slam en Estados Unidos, torneo en el que estaba cosechando sus mejores resultados y que paradójicamente, acabó de hundirle anímica y médicamente.
Tras alcanzar los cuartos de final en Australia, Euegenie entró en una dinámica perdedora asombrosa. No conseguía pasar practicamente de la primera ronda y llegó a New York con un balance de 5 victorias y 15 derrotas. A pesar de la espiral negativa en la que se encontraba, la canadiense consiguió tres victorias consecutivas por primera vez en el año y ante rivales potentes. Estaba recuperando sensaciones cuando llegó el día que ella querría olvidar de su memoria. El 14 de septiembre.
Ese lunes había programado uno de los octavos de final del US Open más inciertos del torneo, entre Roberta Vinci y Eugenie Bouchard. El partido no se disputó por incomparecencia de la canadiense. La italiana firmaría el mejor torneo de su carrera alcanzando la final tras vencer a una Serena Williams que buscaba el poker de Gran Slams. ¿Qué le pasó a Eugenie? ¿Por qué no se presentó al partido? Todo comenzó en los servicios del Arthur Ashe, en las pistas de Flushing Meadows y terminará en un juzgado.
Ese 14 de septiembre Eugine resbala en la ducha golpeándose en la cabeza y perdiendo el conocimiento. Por recomendación médica, no disputó ese partido tan importante para ella. Pudo haber anunciado su renuncia en un comunicado pero ella prefirió salir a la pista y explicar lo sucedido con micrófono en mano. Todavía no era consciente de lo que le había pasado y ni mucho menos, del futuro que le esperaba.
"En dos horas nos vemos en el partido de dobles", avisaba una desinformada Eugiene que esperaba recuperarse rápidamente. Sólo hay que fijarse en este vídeo para comprobar porque es una de las tenistas más queridas del circuito. Una caída le impide disputar un partido clave para ella tras un año horroroso y se despide entre risas y bromeando.
Lo que no sabía es que ese resbalón le iba a traer consecuencias tan negativas. En la ducha "había una sustancia extraña y peligrosa", declaró su abogado en el diario New York Times donde alegaba que la razón del accidente fue un producto de limpieza del que la organización no había avisado. Culpan al torneo y ya han demandado a la Asociación de Tenis de EE.UU.
Esa caída le ha provocado lesiones severas en la cabeza, incluyendo una conmoción cerebral que le han impedido disputar un partido en lo que le restaba de temporada. En Pekin lo intentó pero no pudo. Tras disputar el primer set ante Petkovic, tuvo que retirarse por fuertes mareos. Su rival, consciente de la delicada situación que atravesaba, se interesó por ella. El público le animó a seguir pero Eugiene tuvo que marcharse entre lagrimas tras ser atendida por la doctora. Veinte días después del accidente, seguía mareándose. "Pensé que estaba lista físicamente, pero por desgracia los síntomas de la conmoción volvieron", afirmó tras el partido.
.@GenieBouchard retires in the 2nd set. @AndreaPetkovic moves into @ChinaOpen 2R--> http://t.co/93WsKuWIZG #WTA https://t.co/qe3K7HY64e
— WTA (@WTA) octubre 5, 2015
Esa fue su última aparición en una pista de tenis. Ya se ha perdido los torneos de China, Japón, Wuhan y Hong Kong donde no ha participado y todavía no ha anunciado una fecha de regreso. Ha perdido 13 puestos en la clasificación de la WTA, ingresos económicos, calidad de vida y los aficionados, a una de las tenistas con mayor proyección del torneo.