Novak Djokovic ha ganado su quinto título en el Masters 1000 de Miami al derrotar a Andy Murray en un partido marcado por el calor y el bajón físico del británico en el tercer set. A pesar de no ofrecer su mejor versión, Djokovic dio nuevas muestras de su carácter competitivo para superar todas las dificultades, incluida la igualdad en el juego y el intenso calor que se vivió en la pista central de Cayo Vizcaíno, para ganar su quinto título tras los de 2007, 2011, 2012 y 2014.
Murray, que ya había perdido ante el serbio en las semifinales de Indian Wells hace dos semanas, llevó peor las condiciones climatológicas, con sensación térmica de 30 grados y humedad del 50%, y su fondo físico le duró apenas para igualar a sets el partido, que se fue a las 2 horas y 47 minutos.
Pero Djokovic no estuvo bien en esta final y, sabedor de ello, apostó por hacer un partido sobrio, sin apenas brillo, pero sin grandes fallos, y le funcionó ante un rival al que le había ganado sus últimos nueve partidos en pista dura (17-8 en total).
Tal y como le pasó en los octavos ante el español David Ferrer, Djokovic no entró cómodo en el partido. El serbio se apuntó el primer juego del partido, aunque sufriendo y tras levantar una bola de break, y en el tercero no pudo evitar perder el servicio en una muestra de falta de chispa, pero no de fortaleza mental.
Así se rehizo y comenzó a presionar más al británico, que permitió que Nole le rompiese el servicio y después lo confirmase con su saque (3-2), pero Murray respondió a la situación con dos juegos en blanco consecutivos. En un partido lleno de alternativas, Djokovic rompió entonces el servicio de su rival (4-4), que pagó sus errores no forzados. Los dos tenistas mantuvieron entonces su saque sin grandes complicaciones hasta que llegó el tie-break, en el que el uno del mundo logró cuatro mini-breaks y se hizo con el primer set (7-3).
Djokovic se encara con el público
El segundo set fue tan igualado como el primero, pero sin el trasiego de breaks de la primera manga. El británico salvó el tercer juego por la mínima y sufriendo lo indecible tras salvar cuatro bolas de break en un juego que podría anticipado el inicio del fin del partido.
Y es que Djokovic, que se encaró con el público que le afeó un gesto de frustración, tuvo que padecer la mejoría momentánea del juego del escocés, que se puso 4-5. Producto de ese momento, más por clase que fuerzas, llegó el break de Murray, en un juego en blanco que dio paso al set definitivo, en el que el aspecto físico se tornó clave.
El escocés se desinfló, a pesar de que tiene residencia en Miami y es habitual verle entrenar en Cayo Vizcaíno en similares condiciones climáticas, mientras Djokovic mantuvo mucho mejor el tono físico y lo aprovechó para poner la directa.
Djokovic, que este lunes empatará a Rafa Nadal con 141 semanas al frente de la ATP, logró seis juegos consecutivos para desánimo del 4 del mundo que veía cómo su esfuerzo en los dos primeros sets no servía para nada. Murray no encontró las fuerzas para seguir en el partido en una nueva muestra de las dificultades que tiene para ganar a los tres otros grandes: Djokovic, Nadal y el suizo Roger Federer. Contra ellos ha perdido sus últimos doce partidos.
Con este resultado, Djokovic logró su vigésimo segundo título Masters 1000, a cinco de Nadal, y el tercero del año tras Indian Wells y el Abierto de Australia. Además, tiene más cerca la marca de seis títulos en Miami del estadounidense Andre Agassi. Murray, tras este resultado, arrebatará este lunes el 3 de la ATP a Nadal, que apenas llegó a tercera ronda en Miami.