Rafa Nadal está a sólo un partido de convertirse en el segundo jugador más laureado de la historia del tenis. En caso de derrotar a Stanislas Wawrinka en la final del Abierto de Australia, el español ganará su 14 Grand Slam, con lo cual igualará el registro de Pete Sampras.
El español es favorito contra cualquier tenista del mundo y, sobre todo, contra Wawrinka. El suizo ha perdido sus 12 enfrentamientos contra Nadal, en los que no ha podido ganar ningún set. La superioridad del balear es insultante, sobre todo, en sus partidos en tierra batida.
En la edición pasada del Masters 1000 de Madrid, Wawrinka mostró un estado de forma excepcional al alcanzar la final del torneo, donde, sin embargo, Nadal no le dio opciones y le derrotó con una asombrosa facilitad: 6-2, 6-4. Menos de un mes más tarde, ambos tenistas volvieron a encontrarse, esta vez en los cuartos de final del Roland Garros. El español aplastó a Wawrinka en tres sets: 6-2, 6-3, 6-1. Nadal ha ganado al suizo en los cinco partidos que han disputado en tierra batida.
Además, el balear ha derrotado a Wawrinka en los siete partidos que han jugado en pista dura. Curiosamente, ambos tenistas se enfrentaron por primera vez precisamente en el Abierto de Australia. En la segunda ronda de la edición de 2007, el español se impuso en tres sets por 6-2, 6-2, 6-2.
Rafa Nadal ha ganado los 26 sets que ha disputado con el suizo, y por eso es, a priori, el favorito para llevarse el primer Grand Slam del año. Sin embargo, esta superioridad del español puede ser muy engañosa, sobre todo si tenemos en cuenta que de los últimos 10 sets que han jugado ambos tenistas en esta superficie, seis se han decidido en el tie break. De hecho, en dos ocasiones, Nadal necesitó dos sets para llevarse la victoria. Así pues, si último partido, en la Copa Masters 2013, no pudo ser más igualado, pero al final el balear se impuso por 7-6, 7-6.
Las claves de la final
Una de las claves de las victorias de Wawrinka en Melbourne es su alto porcentaje de puntos ganados con su saque. El suizo ha ganado 81% de los puntos con el primer servicio, y 53% de los puntos con el segundo. Además, Wawrinka ha anotado un promedio de 14 aces por partido. Estos datos también pueden explicar su alto porcentaje de puntos ganados en la red: 73%.
Por eso, no es sorprendente que el de Lausana no haya concedido muchas oportunidades de break a sus rivales. La única excepción fue Novak Djokovic, que en los cuartos de final logró aprovechar cuatro de sus siete oportunidades de break ante el suizo. No obstante, ni siquiera el serbio pudo derrotarle en Australia.
En este sentido, otra de las claves del éxito de Wawrinka reside en el hecho de que es uno de los mejores restadores del circuito. En Melbourne, el suizo promedió 32% de puntos ganados en los juegos en los que sacaban sus rivales. Además, contra Djokovic, Wawrinka ganó 35 % de los puntos que se disputaron tras un primer saque del serbio.
Sin embargo, el número ocho del mundo también ha mostrado una debilidad en su juego. Las estadísticas de sus partidos dejan bien claro que Wawrinka suele cometer muchos errores a la hora de lanzar passings con el revés. El de Lausana ha fallado 70% de sus passing shots con el revés.
Por tanto, la final podría decidirse por una serie de factores. Por un lado, el desenlace del partido dependerá en gran medida de la evolución de la lesión en la mano de Rafa Nadal, que ha mermado su rendimiento y su saque, sobre todo, en los cuartos de final contra Dimitrov. Teniendo en cuenta que Wawrinka es un gran restador, el saque del español tiene que ser el más eficaz posible para evitar bolas de break.
Por otro lado, si quiere ganar su 14º Grand Slam, el balear también tendrá que salir a la red con más frecuencia para presionar el revés de Wawrinka. Los restos y los passings de Nadal también pueden ser decisivos para la final.