Rafa Nadal vuelve a la competición en el Másters 1000 de Montreal con la incógnita sobre el estado de sus rodillas y su comportamiento en las pistas duras del circuito americano.
Fue hace mes y medio cuando el balear cayó sorprendentemente en primera ronda de Wimbledon frente al belga Steve Darcis e hizo saltar todas las alarmas. Aunque no quiso culpar a sus rodillas de la derrota, lo cierto es que el tenista español sufrió con el cambio de superficie y, tras la eliminación, decidió descansar y revisar el estado de sus maltrechas rodillas.
Antes de la cita británica, Nadal había regresado a la competición, tras más de siete meses en el dique seco, de la mejor manera posible. Alcanzó nueve finales en diez torneos, levantó otro título de Roland Garros y sumó seis títulos más a sus palmarés, entre los que se contaban tres Masters 1000.
Montreal se ha convertido en el laboratorio de pruebas para que el mallorquín vuelva a coger confianza, con la mente puesta en el US Open. El hecho de que el año pasado no disputase el torneo le libra de la presión de saber que no tiene que defender puntos. Nadal debutará ante el vencedor del encuentro entre el local Jessie Levine y el belga Xavier Malisse y podría cruzarse en semifinales ante Novak Djokovic. De la seguridad en sus rodillas dependerá su camino en el campeonato.