Esta final de Roland Garros será recordada también por el mal comportamiento del público parisino. Y no sólo por las continuas interrupciones que tuvieron que efectuar los dos tenistas a la hora de sacar por los ruidos desde las gradas.
Al poco de comenzar el encuentro, se pudo observar cómo unos aficionados eran expulsados de la pista, supuestamente por ser manifestantes contra el matrimonio gay.
Poco después, el encuentro se detenía durante unos instantes por la retirada de una pancarta que rezaba "Francia se burla de los derechos de los niños".
Pero sin duda el mayor susto fue para Rafa Nadal, que por un momento vio cómo un espontáneo saltaba desnudo a la pista, con una bengala en la mano, y se dirigía hacia él. Al final, no pasó nada, y el español, de hecho, agradeció a los agentes de seguridad su trabajo.