Rafa Nadal ha superado un mal inicio de partido ante el alemán Daniel Brands, en el primer partido en la presente edición de Roland Garros. El manacorense, tercer cabeza de serie, ha ganado por 4-6, 7-6 (4), 6-4, 6-3 después de dos horas y 54 minutos. Ahora se medirá al eslovaco Martin Klizan, número 35 del mundo, que se benefició de la retirada del estadounidense Michael Russell en el tercer set (3-6, 6-1, 6-1 y abandono).
Será el primer duelo entre Nadal y Klizan. El eslovaco, que el año pasado jugó por primera vez en Roland Garros, cayó en segunda roda. Tras el encuentro de este lunes, Nadal felicitó a Brands por su "fantástico partido" y dirigió en francés unas palabras al público galo: "Estoy muy contento de estar aquí otro año. La pista Philippe Chatrier es una pista muy especial para mí y agradezco al público el apoyo".
El camino de Nadal para conquistar la octava Copa de Mosqueteros comenzó de la peor forma posible. El mallorquín, que el año pasado no cedió ningún set hasta la final contra el serbio Novak Djokovic, dejó escapar la primera en esta edición nada más empezar.
Descentrado, sin poder imponer su juego, el mallorquín fue víctima de los raquetazos del alemán, número 59 del mundo, poco dado a ganar encuentros sobre el polvo de arcilla. Fue un susto importante, sin llegar a la de 2011, cuando Nadal debutó cediendo dos sets ante el estadounidense John Isner antes de recuperarse.
En este caso no fue tan grave, pero fue la primera vez que el mallorquín debuta en Roland Garros cediendo un set, estando contra las cuerdas en el desempate del segundo, cuando cedía por 3-0. La resistencia del alto tenista germano, que nunca había ganado un partido en la tierra batida parisina, duró aproximadamente una hora y media y le valió para sumar la primera manga y forzar el juego de desempate de la segunda.
Apoyando en un mortal servicio por encima de los 200 kilómetros por hora y en el efecto de las bolas, el alemán desarboló la resistencia de un Nadal que no encontraba la forma de desactivar la demoledora táctica de su rival. Pero superado ese momento dulce, el reto de vencer al mejor jugador de tierra de todos los tiempos se convirtió en una losa para Brands, que poco a poco se fue diluyendo a medida que Nadal iba recuperando su mejor versión.
El de Manacor había cedido la primera manga y se vio abocado en la segunda a un juego de desempate de mal augurio, si se tiene en cuenta la potencia de saque de su rival. El escenario se ensombreció todavía más cuando el español cedió su servicio en el primer punto del juego de desempate. Pero, como es habitual, Nadal no se vino abajo y mantuvo la compostura. Recuperó el servicio en el sexto y, a partir de ese momento, todo fue más sencillo.
Brands empezó a ver las cosas difíciles. Si hasta ese momento tenía que frotarse los ojos para creerse los problemas que estaba creando al heptacampeón en París, a partir de ahí empezó a ver la realidad tal y como la debía haber imaginado la víspera. Nadal recuperó el control del partido. Se adjudicó la segunda manga y, de entrada en la tercera, rompió el servicio de Brands, que nada pudo hacer para recuperarlo.
El mismo guión se repitió en el cuarto parcial, con rotura inicial de Nadal e intercambio de servicios hasta que acabó cayendo el set del lado del español. Nadal, que llevaba casi un año sin jugar un partido a cinco sets, terminaba ganando a Brands después de casi tres horas de partido. Un susto más que notable para el mejor tenista de la historia en tierra batida en el inicio del asalto hacia su octavo Roland Garros.