David Ferrer ha alcanzado en París-Bercy la cuarta final de Masters 1000 de su carrera tras las que disputó en Roma y Montecarlo en 2010 y la del año pasado en Shanghái. En ninguna de ellas pudo conquistar el título, así que esta vez tendrá una nueva ocasión para conseguirlo.
Para ello el alicantino, quinto jugador del mundo, ha derrotado al francés Michael Llodra por 7-5 y 6-3 en una hora y 49 minutos, y este domingo jugará la final contra el polaco Jerzy Janowicz, que previamente había ganado al también galo Gilles Simon por 6-4 y 7-5.
David Ferrer pretende lograr en la capital francesa el primer Masters 1000 de su carrera y el séptimo título del año después de ganar en Valencia, Bastad, Hertogenbosch, Acapulco, Buenos Aires y Auckland. Barcelona ha sido la única final que ha perdido en 2012. Nunca hasta ahora David Ferrer se ha enfrentado al polaco Jerzy Janowicz, número 69 del mundo y verdugo en París del británico Andy Murray, el serbio Janko Tipsarevic o el francés Gilles Simon.
La última víctima de Janowicz, el primer jugador procedente de una fase previa que llega a la final del último Masters 1000 del año, ha sido Simon, que sucumbió en dos mangas tras casi hora y media de partido.
Su grito liberador tras el triunfo, sus lágrimas y su gesto incrédulo en el centro de la moqueta de Bercy mostraron la talla de la proeza que acababa de realizar, la que le da derecho a jugar la final de uno de los nueve Masters 1.000 que, hasta este de París se habían repartido entre Roger Federer, Novak Djokovic y Rafa Nadal. Parece prematuro situar entre esos nombres a un jugador, a punto de cumplir 22 años, que hasta la semana pasada era el 69 del mundo, aunque tras su buena semana parisiense, puede avanzar 30 puestos.
Pero su proeza es ya digna de entrar en los libros de historia y deja entrever que su nombre, hasta ahora apenas conocido como el de un prometedor -ganó los torneos júnior de Roland Garros y Wimbledon-, va a dar guerra en el circuito. Janowicz recibió la ovación del público, pese a que había acabado con un francés. "Les veo mañana. Hoy he sacado fuerte, pero mañana quiero sacar a 250 por hora", advirtió. Un aviso para David Ferrer.