L D (EFE) La reglamentación, en las tres ocasiones anteriores en las que dos representantes españoles llegaron a una Final Four, obligó a un duelo fratricida en la primera eliminatoria. La normativa ha cambiado ahora y, si el Barcelona y el Tau resuelven con éxito sus compromisos de semifinales, Praga asistiría a una final ACB europea inédita. La Final Four de este año permite pocos pronósticos, pues es una de las más abiertas de las últimas campañas, en parte porque la ciudad organizadora ni siquiera cuenta con equipo propio en el torneo.
Smodis cubre con acierto la baja de Andersen en el CSKA
Los responsables de la Euroliga apostaron por abrir sus fronteras a países interesados en el baloncesto de elite e interesantes a corto plazo sin que tuvieran necesariamente que tener un club en competición. Esta decisión rompe así una dinámica que había convertido al Barcelona en anfitrión y ganador en 2003 y al Maccabi Tel Aviv en 2004. La norma se rompió la pasada temporada con el triunfo del equipo israelí en Moscú, aunque el CSKA tenía de inicio todos los pronósticos a su favor. El cuadro moscovita cuenta de nuevo con un gran equipo, pero ha perdido aquel factor pista que tuvo hace un año. Además, una lesión le ha dejado sin un jugador clave como es David Andersen, aunque Matjaz Smodis ha sabido suplir la baja con acierto.
El Maccabi, sin Saras pero con Solomon, Parker, Baston...
Otro aspirante con todos los derechos para serlo es el Maccabi Tel Aviv, cuando menos por su condición de vigente campeón durante las dos últimas ediciones del torneo. El Maccabi supo ganar de nuevo en el 2005 sin el factor pista del que dispuso en el 2004, pero los inconvenientes aumentan esta temporada con la marcha del que fue su Jugador Más Valioso (MVP) en la pasada Final Four, el ahora NBA Sarunas Jasikevicius. Estas dos candidaturas tienen su peso, pero entre Tau Cerámica y Winterthur Barcelona mantendrían un cincuenta por ciento de opciones al menos.
El Tau, con la experiencia del año pasado en Moscú
El conjunto vitoriano quizá parte con algo más de ventaja por la experiencia que ya acumuló hace un año en Moscú, donde fue capaz de derrotar al anfitrión en su semifinal para caer después en el partido definitivo ante el Maccabi Tel Aviv. Al Tau le pasa sin embargo lo mismo que a los israelíes y que al CSKA por culpa de una lesión, que ha perdido a jugadores referentes en sus esquemas. Se fue José Manuel Calderón y también lo hizo Arvydas Macijauskas sin que los relevos hayan alcanzado por el momento las cotas a las que llevaron los dos NBA.
La otra fuga se produjo en el banquillo, esta vez de un Dusko Ivanovic que dio el salto al Barcelona, aunque Velimir Perasovic sí ha convencido con la conquista de la Copa del Rey y la clasificación para la Final Four. Perasovic llegó además a un equipo en crisis que acababa de desprenderse del escogido para relevar a Ivanovic, el español Pedro Martínez. Mientras, Dusko Ivanovic se vio en el trance de tener que reconstruir un equipo desmantelado tras la consecución de la Euroliga del 2003.
El Barcelona, a repetir el éxito de 2003
El serbio, junto a su compatriota Zoran Savic como secretario técnico, es la apuesta de la directiva de Joan Laporta para enmendar el error reconocido que se cometió con la sección. La fuga de estrellas, la marcha de Svetislav Pesic, el técnico que le dio al club su primera Euroliga, y la búsqueda sin éxito de relevos para el banquillo obligó a un golpe de timón por parte de Laporta. Ivanovic cumplió con lo esperado cuando al aportar su férrea disciplina, pero el proyecto se torció con la lesión de la gran apuesta para la dirección del juego, el base Milos Vujanic.