L D (EFE) Uno de los primeros en quedar fuera de carrera fue, precisamente, otro de los aspirantes al título mundial, el español Jorge Lorenzo (Aprilia), que pisó una zona húmeda en el transcurso de la séptima vuelta y tras embestir al italiano Roberto Locatelli (Aprilia), que salvó la caída de forma casi milagrosa, se fue por los suelos y sin ninguna opción de continuar.
Está claro que algo no funciona dentro de Jorge Lorenzo y en su entorno, pues con la caída del Gran Premio de Francia de 250 c.c. sumó la tercera del fin de semana y la segunda prueba sin obtener un solo punto, lo que le aleja un poco más de sus opciones de ser campeón del mundo, frente a un rival, el italiano Andrea Dovizioso (Honda), que no se permite un solo fallo y no se ha bajado del podio en lo que va de campeonato.
A todo ello se puede unir el hecho de que la octava posición de entrenamientos del mallorquín representó su peor resultado en esas sesiones desde el Gran Premio de Portugal de la pasada campaña.
Dovizioso salió muy fuerte y marcó el ritmo durante las primeras vueltas, pero luego, ante la presión de su propio compañero de escudería, el japonés Yuki Takahashi, le dejó hacer y se mantuvo tras su estela esperando el más mínimo error pero sin arriesgar.
El campeón del mundo de 125 c.c. en 2004 tiene claro que el título se decantará a favor de aquél piloto que más puntos sume, aunque no sea ganando, y por esos derroteros establece sus estrategias.
Después de ser superado por Yuki Takahashi, Andrea Dovizioso se mantuvo espectante, sin "meterle la rueda" ni una sola vez, quizás esperando un error o el ataque en la última vuelta, pero daba la impresión de que el italiano no iba a arriesgar más de lo estrictamente necesario para sumar el máximo posible de puntos, pues dos de sus máximos rivales por el título se lo estaban poniendo muy fácil; Jorge Lorenzo se había caído y Héctor Barberá rodaba bastantes posiciones por detrás de él.
Con el dúo de cabeza muy destacado, tras ellos se acabó formando un peligroso trío, el integrado por el sanmarinense Alex de Angelis (Aprilia) y los hermanos japoneses Hiroshi Aoyama (KTM) y Shuhei Aoyama (Honda), que dejaron descolgados y en tierra de nadie a Héctor Barberá y el italiano Roberto Locatelli (Aprilia).
Pero la carrera fue pasando poco a poco factura y, al frente de la misma, Takahashi debió pensar que su rival estaba esperando el momento propicio para superarlo y decidió cambiar de estrategia y ceder la responsabilidad de encabezar la prueba a su oponente, que se colocó primero en el decimoctavo giro y ahí se mantuvo hasta la última vuelta.
Detrás de ellos, los hermanos Shuhei e Hiroshi Aoyama dejaron descolgado al sanmarinense Alex de Angelis, que rodó el resto de la carrera cómodo en la quinta plaza, y más atrás Locatelli y Barberá acabaron engullidos por sus perseguidores, Marco Simoncelli (Gilera), el francés Sylvain Guintoli (Aprilia) y el checo Jakub Smrz (Aprilia).
La carrera podría acabar resumida en la última vuelta, en la que con mucho riesgo, Takahashi doblegó a un combativo Dovizioso por escasamente 98 milésimas de segundo en la línea de llegada y después de adelantarlo en una arriesgada maniobra en la "chicane" que precedía a la recta, Shuhei se encargó de batir a su hermano "mayor" Hiroshi y Barberá, que no pudo impedir que Locatelli le ganara unos metros, acabó primero del grupo en el que se encontraba para firmar como mejor resultado la séptima posición.
Arturo Tizón (Honda), que estuvo casi siempre en la zona de puntos, se quedó fuera al entrar decimosexto, con Alvaro Molina (Aprilia) vigésimo y Jordi Carchano (Aprilia) dos posiciones más atrás.
Está claro que algo no funciona dentro de Jorge Lorenzo y en su entorno, pues con la caída del Gran Premio de Francia de 250 c.c. sumó la tercera del fin de semana y la segunda prueba sin obtener un solo punto, lo que le aleja un poco más de sus opciones de ser campeón del mundo, frente a un rival, el italiano Andrea Dovizioso (Honda), que no se permite un solo fallo y no se ha bajado del podio en lo que va de campeonato.
A todo ello se puede unir el hecho de que la octava posición de entrenamientos del mallorquín representó su peor resultado en esas sesiones desde el Gran Premio de Portugal de la pasada campaña.
Dovizioso salió muy fuerte y marcó el ritmo durante las primeras vueltas, pero luego, ante la presión de su propio compañero de escudería, el japonés Yuki Takahashi, le dejó hacer y se mantuvo tras su estela esperando el más mínimo error pero sin arriesgar.
El campeón del mundo de 125 c.c. en 2004 tiene claro que el título se decantará a favor de aquél piloto que más puntos sume, aunque no sea ganando, y por esos derroteros establece sus estrategias.
Después de ser superado por Yuki Takahashi, Andrea Dovizioso se mantuvo espectante, sin "meterle la rueda" ni una sola vez, quizás esperando un error o el ataque en la última vuelta, pero daba la impresión de que el italiano no iba a arriesgar más de lo estrictamente necesario para sumar el máximo posible de puntos, pues dos de sus máximos rivales por el título se lo estaban poniendo muy fácil; Jorge Lorenzo se había caído y Héctor Barberá rodaba bastantes posiciones por detrás de él.
Con el dúo de cabeza muy destacado, tras ellos se acabó formando un peligroso trío, el integrado por el sanmarinense Alex de Angelis (Aprilia) y los hermanos japoneses Hiroshi Aoyama (KTM) y Shuhei Aoyama (Honda), que dejaron descolgados y en tierra de nadie a Héctor Barberá y el italiano Roberto Locatelli (Aprilia).
Pero la carrera fue pasando poco a poco factura y, al frente de la misma, Takahashi debió pensar que su rival estaba esperando el momento propicio para superarlo y decidió cambiar de estrategia y ceder la responsabilidad de encabezar la prueba a su oponente, que se colocó primero en el decimoctavo giro y ahí se mantuvo hasta la última vuelta.
Detrás de ellos, los hermanos Shuhei e Hiroshi Aoyama dejaron descolgado al sanmarinense Alex de Angelis, que rodó el resto de la carrera cómodo en la quinta plaza, y más atrás Locatelli y Barberá acabaron engullidos por sus perseguidores, Marco Simoncelli (Gilera), el francés Sylvain Guintoli (Aprilia) y el checo Jakub Smrz (Aprilia).
La carrera podría acabar resumida en la última vuelta, en la que con mucho riesgo, Takahashi doblegó a un combativo Dovizioso por escasamente 98 milésimas de segundo en la línea de llegada y después de adelantarlo en una arriesgada maniobra en la "chicane" que precedía a la recta, Shuhei se encargó de batir a su hermano "mayor" Hiroshi y Barberá, que no pudo impedir que Locatelli le ganara unos metros, acabó primero del grupo en el que se encontraba para firmar como mejor resultado la séptima posición.
Arturo Tizón (Honda), que estuvo casi siempre en la zona de puntos, se quedó fuera al entrar decimosexto, con Alvaro Molina (Aprilia) vigésimo y Jordi Carchano (Aprilia) dos posiciones más atrás.