L D (EFE) Dinamarca fue la primera en exponer su proyecto, seguida de España, Hungría y Suecia. Suecia fue la vencedora de la posterior votación secreta de los quince miembros de dicho consejo. La delegación del país escandinavo, que ya organizó los Mundiales de 1993, 1964 y 1957, estuvo encabezada por el presidente honorario de su federación, Arne Elovsson. "Hemos trabajado muy duro desde hace mucho tiempo para elaborar esta candidatura. Ahora queda también mucho trabajo por delante, pero todos estamos felices de tener esta oportunidad y estamos deseando abordar todos los preparativos", ha dicho Elovsson nada más saber que su proyecto era el ganador.
El egipcio Hassan Moustafa, presidente de la IHF, ha destacado la experiencia de Suecia en la organización de otros acontecimientos: "Ya saben como organizar con éxito acontecimientos deportivos y la manera de atraer el interés del mundo entero. Estoy seguro de que Suecia organizará un Mundial fantástico".
Madrid, Barcelona, Granollers, Santander, Ciudad Real, Logroño, Málaga, Almería, Valladolid, Zaragoza, Cáceres y Badajoz eran las ciudades elegidas para albergar partidos mundialistas de la candidatura española, lo que excluye a algunas otras con gran tradición balonmanística, como Pamplona y León, o Comunidades Autónomas como la gallega o la valenciana. El proyecto español subrayó este amplio abanico de sedes, las comunicaciones entre ellas, sus infraestructuras hoteleras y la calidad de las instalaciones deportivas.
Asimismo, en cuanto a los transportes, el plan otorgaba especial relevancia a la red ferroviaria y, en concreto, a las líneas de Alta Velocidad (AVE) en servicio. En el bagaje organizativo de la RFEBM destacaba el Mundial B, en 1979 (la IHF ordenaba entonces ascensos y descensos), cuya selección logró el título, y el Europeo de 1996 (plata), si bien este último se saldó con un importante déficit. La Federación española pretendía organizar en 2011 el "mejor Mundial de la Historia", según rezaba su principal eslogan.
El egipcio Hassan Moustafa, presidente de la IHF, ha destacado la experiencia de Suecia en la organización de otros acontecimientos: "Ya saben como organizar con éxito acontecimientos deportivos y la manera de atraer el interés del mundo entero. Estoy seguro de que Suecia organizará un Mundial fantástico".
Madrid, Barcelona, Granollers, Santander, Ciudad Real, Logroño, Málaga, Almería, Valladolid, Zaragoza, Cáceres y Badajoz eran las ciudades elegidas para albergar partidos mundialistas de la candidatura española, lo que excluye a algunas otras con gran tradición balonmanística, como Pamplona y León, o Comunidades Autónomas como la gallega o la valenciana. El proyecto español subrayó este amplio abanico de sedes, las comunicaciones entre ellas, sus infraestructuras hoteleras y la calidad de las instalaciones deportivas.
Asimismo, en cuanto a los transportes, el plan otorgaba especial relevancia a la red ferroviaria y, en concreto, a las líneas de Alta Velocidad (AVE) en servicio. En el bagaje organizativo de la RFEBM destacaba el Mundial B, en 1979 (la IHF ordenaba entonces ascensos y descensos), cuya selección logró el título, y el Europeo de 1996 (plata), si bien este último se saldó con un importante déficit. La Federación española pretendía organizar en 2011 el "mejor Mundial de la Historia", según rezaba su principal eslogan.