L D (EFE) Los Springboks son ahora los claros favoritos para levantar, por segunda vez en su historia, la Copa Webb Ellis, que dirimirán el próximo sábado en la final contra Inglaterra, verdugos la víspera de la anfitriona Francia y que también podrían ganar su segundo Mundial, después del logrado hace cuatro años. Sudáfrica dio un repaso al quince de la rosa, defensores del título, en la primera fase (36-0).
Los Springboks mostraron que atraviesan un buen momento de forma y gracias a una gran primera parte, se ganaron el puesto en la final que les abre la puerta de su segundo título, tras el conseguido en su propio terreno en 1995. La buena primera mitad sudafricana coincidió con los peores 40 minutos de Argentina en lo que va de Mundial. Su racha victoriosa, su impresionante juego de defensa, sucumbió ante el mejor ataque que quedaba en Francia. Las constantes imprecisiones de los Pumas les descolgaron de un partido que quedó a merced de los veloces matadores Springboks, liderados por un eléctrico Habana y ayudados por un preciso Montgomery, letal en los golpes y que afianzó su condición de máximo anotador del Mundial.
Apenas siete minutos necesitó Sudáfrica para lograr su primer ensayo, que nació en una mala entrega de Felipe Contepomi que permitió a Du Preez escaparse y en una larguísima carrera alcanzar la línea de los Pumas. Fue un aviso de la velocidad a la que iba a jugarse el partido no apta para cardiacos. Montgomery comenzó su particular festival con el pie y transformó. Felipe Contepomi abrió su cuenta particular al cuarto de hora con un golpe de penalización, pero fueron los Springboks los que se hicieron con las riendas del partido ayudados por los errores argentinos.
Tras un intercambio de golpes entre Contepomi y Montgomery, Habana culminó una larga carrera a los 32 minutos y abrió hueco tras la transformación de Montgomery (17-6). Todavía les quedó tiempo a los Springboks para lograr un tercer ensayo, que nació en un error de Hernández que aprovechó Rossouw. Montgomery puso el 24-6 con el que se llegó al descanso. Arengados en el vestuario por Loffreda, los albicelestes saltaron al campo con fe en la remontada. Más incisivos, se aplicaron en dominar a los sudafricanos, una táctica que dio sus frutos.
Manuel Contepomi logró el primer ensayo argentino en una jugada que precisó del vídeo para ser validada. Su hermano Felipe consiguió la transformación y colocó a Argentina a once puntos, una distancia que permitía soñar. Pero la reacción fue imposible porque no era la noche de los Pumas. Felipe Contepomi volvió a fallar un golpe y Sudáfrica salió de su corto letargo. Montgomery siguió martilleando con su privilegiada patada y encadenó dos golpes que alejaron de nuevo a Sudáfrica.
Habana volvió a surgir de la nada a falta de cinco minutos e interceptó un balón en su terreno. De nuevo su larga carrera fue inalcanzable para los Pumas y logró el cuarto ensayo, el segundo de su cuenta. Montgomery marcó la definitiva transformación que cerró el marcador (37-13). El partido acabó mal, bronco, feo. El sueño argentino había saltado en mil pedazos, estrellado contra la superioridad de una Sudáfrica que navega rumbo a su segunda consagración mundial.