(Libertad Digital) El técnico del Atlético, Javier Aguirre, introdujo numerosos cambios en su once para afrontar la visita del Liverpool, que llegaba al Vicente Calderón sin su jugador estrella, Fernando Torres. Pero la decisión más sorprendente fue la de dejar al 'Kun' Agüero en el banquillo. El conjunto rojiblanco salió con dudas y sólo pudo aguantar trece minutos con la portería a cero. La pelota le duraba un suspiro al equipo rojiblanco le duraba un suspiro, lo que aprovechó el cuadro inglés para acercarse con facilidad sobre el área local.
La primera ocasión fue un centro de Riera sin rematador. Y en la segunda llegó el 0-1. Ahí apareció Gerrard, junto a Xabi Alonso y Javier Mascherano, dueños absolutos del centro del campo ante Ignacio Camacho y el portugués Maniche, para dibujar un pase preciso entre la defensa del Atlético, donde Robbie Keane recogió la pelota, se perfiló hacia la derecha y batió al argentino Leo Franco. Un gol que no debió subir al marcador al encontrarse el irlandés en claro fuera de juego. Fue, en definitiva, un castigo esperado para el cuadro rojiblanco, nervioso, sin profundidad e inofensivo. Sólo un saque de falta de Simao, rematado de cabeza por Camacho -el canterano disputaba sus primeros minutos de la temporada- y un tiro lejanísimo de Seitaridis habían alertado a Pepe Reina, un espectador más del encuentro.
Y es que el Atlético pierde demasiado potencial en ataque sin Agüero, su futbolista más decisivo y con descanso por el "alto riesgo" de sufrir una lesión si jugaba los 90 minutos, según declaró en la previa Javier Aguirre. Estaba Simao, pero Rafa Benítez mandó dos jugadores en cada acción del portugués por la banda izquierda. Desactivado el lusa en bastantes jugadas y con Diego Forlán desasistido durante toda la primera media hora, el Atlético de Madrid no existió en ataque hasta los minutos previos al descanso, cuando un disparo del uruguayo se marchó a unos centímetros de la portería de Reina. Una ocasión esporádica que quitó al equipo colchonero el peso de la desconfianza del arranque del duelo, pero que no ocultó la comodidad de la primera parte para el Liverpool, dueño del partido y muy superior sobre el césped.
Y es que el Atlético pierde demasiado potencial en ataque sin Agüero, su futbolista más decisivo y con descanso por el "alto riesgo" de sufrir una lesión si jugaba los 90 minutos, según declaró en la previa Javier Aguirre. Estaba Simao, pero Rafa Benítez mandó dos jugadores en cada acción del portugués por la banda izquierda. Desactivado el lusa en bastantes jugadas y con Diego Forlán desasistido durante toda la primera media hora, el Atlético de Madrid no existió en ataque hasta los minutos previos al descanso, cuando un disparo del uruguayo se marchó a unos centímetros de la portería de Reina. Una ocasión esporádica que quitó al equipo colchonero el peso de la desconfianza del arranque del duelo, pero que no ocultó la comodidad de la primera parte para el Liverpool, dueño del partido y muy superior sobre el césped.
Pero el guión cambió inesperadamente tras el paso por vestuarios, y la mejoría del conjunto de Javier Aguirre fue evidente. Con Agüero ya en el campo, el equipo comenzó a creer en sus posibilidades y confirmó una actitud más ofensiva, sin tanto respeto por la entidad del rival. Incluso, pisó el área mucho más en diez minutos que en todo el primer tiempo. Un gol mal anulado a Simao por un fuera de juego que no era y otra acción posterior, en la jugada siguiente, en la que un tiro del portugués se estrelló contra el poste, previa parada salvadora de Reina, reanimó al Atlético, que mantenía sus incomprensibles errores defensivos. Pero, al menos, ya ponía en aprietos a los 'Reds'.
El paso de los minutos devolvió la tranquilidad al Liverpool, que recuperó el control del encuentro y frenó las acciones ofensivas del conjunto rojiblanco, de nuevo sin opciones de responder a la superioridad del equipo británico, que incluso rozó la sentencia con un disparo de Xabi Alonso que se fue fuera por muy poco. El Atlético cayó en los mismos problemas de siempre con el marcador en contra, en un ritmo cansino, sin capacidad para desmontar la defensa de su contrincante hasta que un pelotazo arriba de Raúl García provocó el inesperado error atrás de Agger. Forlán recogió el balón y abrió a Simao, que colocó el empate a uno. Incluso, el equipo rojiblanco tuvo el 2-1 en un empalme de Miguel de las Cuevas despejado por Reina. También lo tuvo el Liverpool, en un cabezazo de Babel que salió desviado por centímetros.
El paso de los minutos devolvió la tranquilidad al Liverpool, que recuperó el control del encuentro y frenó las acciones ofensivas del conjunto rojiblanco, de nuevo sin opciones de responder a la superioridad del equipo británico, que incluso rozó la sentencia con un disparo de Xabi Alonso que se fue fuera por muy poco. El Atlético cayó en los mismos problemas de siempre con el marcador en contra, en un ritmo cansino, sin capacidad para desmontar la defensa de su contrincante hasta que un pelotazo arriba de Raúl García provocó el inesperado error atrás de Agger. Forlán recogió el balón y abrió a Simao, que colocó el empate a uno. Incluso, el equipo rojiblanco tuvo el 2-1 en un empalme de Miguel de las Cuevas despejado por Reina. También lo tuvo el Liverpool, en un cabezazo de Babel que salió desviado por centímetros.
Ficha técnica del partido
Atlético de Madrid, 1: Leo Franco; Seitaridis, Perea, Álvaro Domínguez, Antonio López; Camacho (Raúl García, m.71), Maniche; Luis García (Agüero, m.46), Simao; Sinama Pongolle (De las Cuevas, m.75) y Forlán
Liverpool, 1: Reina; Arbeloa, Carragher, Agger, Dossena; Mascherano, Xabi Alonso (Lucas Leiva, m. 75); Gerrard (Babel, m.60); Benayoun, Riera; y Robbie Keane (Kuyt, m.52)
Goles: 0-1, m.13: Robbie Keane; 1-1, m.82: Simao
Árbitro: Claus Bo Larsen (Dinamarca). Mostró tarjeta amarilla a Riera (m.38) y Arbeloa (m.42), del Liverpool; y a Maniche (m.45), del Atlético de Madrid
Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada del grupo D de la Liga de Campeones disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 55.000 espectadores. Lleno. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y el seleccionador español de fútbol, Vicente del Bosque, presenciaron el partido desde el palco