Sharapova se queda con la miel en los labios en Toronto

Dementieva, quinta jugadora del mundo,  ha frustrado las expectativas de la jugadora siberiana, otrora número uno del mundo y con un palmarés iluminado por diecinueve títulos individuales, entre ellos tres títulos del Grand Slam -un Wimbledon, un Abierto de Estados Unidos y un Abierto de Australia- y que ahora procura recuperar el pulso competitivo y su lugar en el tenis mundial.

Desplazada de las alturas de la clasificación femenina después de nueve meses apartada de la competición por una lesión en el hombro derecho que empezó a olvidar desde mayo pasado, es ahora la número 49 del circuito.

La final de Toronto ha sido su mejor papel del año. Después de las semifinales en Los Ángeles y Birmingham y los cuartos de final de Roland Garros.

Plantó cara durante dos horas a Dementieva, una jugadora a la que había vencido en ocho de los diez partidos que habían disputado. Pero la moscovita, más metida en las exigencias de la competición, cortó el despegue de su rival, aún lejos de su mejor tenis.

Dementieva sumó su tercer título de la temporada tras los logrados en Auckland y Sidney. El decimocuarto de su historial, que aún carece de un major.