(Libertad Digital) Es la sexta vez que el Sevilla disputa la Copa de la UEFA y hasta ahora su mayor logro son los octavos de final, en los que cayeron la pasada temporada frente al Parma. Los sevillistas participaron en dos ocasiones en la entonces Copa de Ferias y posteriormente en otras cinco ediciones de la ahora denominada Copa de la UEFA.
El primer capítulo del duelo franco-español, el que se disputará en el vetusto estadio Lille-Metropole, será la verdadera prueba de fuego que deberán afrontar los andaluces para medir sus opciones de clasificación. El Sevilla se medirá a un equipo incómodo que desde que fue eliminado de la Liga de Campeones en la primera fase no ha dejado de crecer en juego y resultados, hasta encaramarse a la tercera plaza en su Liga, lo que le permite soñar con regresar la próxima temporada a la elite continental.
No será la primera vez que el Lille y el Sevilla se vean las caras. El año pasado, los dos equipos estuvieron emparejados en liguilla de la fase de grupos de la Copa de la UEFA, en la que sólo jugaron en terreno francés, donde los hombres de Claude Puel lograron una victoria (1-0) que les permitió terminar como primeros de su grupo. Aquel partido no sirve como referencia, puesto que los dos equipos tenían asegurada la clasificación, por lo que los técnicos dieron descanso a los habituales titulares. Para esta nueva intentona, el equipo que entrena Juande Ramos llega moralmente preparado, puesto que anda fuerte en este torneo y también en la competición nacional.
José Luis Martí, baja en las últimas semanas por una lesión muscular, es la principal novedad de la expedición, mientras que se queda en Sevilla el centrocampista italiano Enzo Maresca, quien se lesionó el talón de Aquiles en el partido del pasado domingo ante el Athletic de Bilbao. También entran en la lista el extremo Fernando Sales, que se quedó fuera en la pasada por decisión técnica, y el central Javi Navarro, que no estuvo ante el Athletic por sanción.
Doblas podría debutar al fin en la UEFA
El primer capítulo del duelo franco-español, el que se disputará en el vetusto estadio Lille-Metropole, será la verdadera prueba de fuego que deberán afrontar los andaluces para medir sus opciones de clasificación. El Sevilla se medirá a un equipo incómodo que desde que fue eliminado de la Liga de Campeones en la primera fase no ha dejado de crecer en juego y resultados, hasta encaramarse a la tercera plaza en su Liga, lo que le permite soñar con regresar la próxima temporada a la elite continental.
No será la primera vez que el Lille y el Sevilla se vean las caras. El año pasado, los dos equipos estuvieron emparejados en liguilla de la fase de grupos de la Copa de la UEFA, en la que sólo jugaron en terreno francés, donde los hombres de Claude Puel lograron una victoria (1-0) que les permitió terminar como primeros de su grupo. Aquel partido no sirve como referencia, puesto que los dos equipos tenían asegurada la clasificación, por lo que los técnicos dieron descanso a los habituales titulares. Para esta nueva intentona, el equipo que entrena Juande Ramos llega moralmente preparado, puesto que anda fuerte en este torneo y también en la competición nacional.
José Luis Martí, baja en las últimas semanas por una lesión muscular, es la principal novedad de la expedición, mientras que se queda en Sevilla el centrocampista italiano Enzo Maresca, quien se lesionó el talón de Aquiles en el partido del pasado domingo ante el Athletic de Bilbao. También entran en la lista el extremo Fernando Sales, que se quedó fuera en la pasada por decisión técnica, y el central Javi Navarro, que no estuvo ante el Athletic por sanción.
Doblas podría debutar al fin en la UEFA
Por su parte, el Betis tendrá una nueva oportunidad ante un Steaua de Bucarest que también viene de la Liga de Campeones, aunque no llegó a la fase de grupos. Los rumanos buscan otra vez engancharse a la elite del fútbol europeo, tras un pasado glorioso como el que culminó hace ya veinte años en Sevilla, donde se adjudicó la Copa de Europa tras vencer al Barcelona en la tanda de penaltis. Su deambular, hasta ahora, por la Copa de la UEFA delata un saldo muy favorable para los rumanos, toda vez que en la primera ronda eliminaron al Varelenga de Noruega por un global de 6-1; en la liguilla quedaron primeros de grupo con dos victorias y dos empates, y en los dieciseisavos de final apearon de la competición al Heerenveen holandés por un global de 3-2 (1-3 y 0-1). La principal baza del Steaua radica en su seguridad defensiva, como lo demuestra el que solo ha encajado tres goles en ocho partidos, mientras que en la liga rumana apenas le han marcado nueve en quince jornadas. Para el choque con los verdiblancos el partido se jugará en el estadio Lia Manoliu, sede de la selección rumana, con un aforo de unos 60.000 espectadores, habida cuenta de que su campo (Ghencea) está en obras.
Los béticos, por su parte, afrontan esta eliminatoria con la esperanza de encontrar el bálsamo a sus heridas de la Liga española, y dar a su hinchada una alegría similar a la de la pasada campaña con el título de la Copa del Rey. La eliminatoria del AZ Alkmaar, de Louis Van Gaal, tras una épica prórroga en tierras holandesas, ha insuflado a las huestes béticas de una buena dosis anímica para afrontar el choque en tierras rumanas, que no traen muy buenos recuerdos a los andaluces por cuanto en la anterior visita a Rumanía en competición europea fueron eliminados por el Universidad de Craiova, en 1984.
Lorenzo Serra Ferrer, técnico verdiblanco, no podrá contar para este partido con el guardameta madrileño Koke Contreras, sancionado con un encuentro por la UEFA, por lo que ha convocado al canterano Víctor. De esta manera, el también canterano Toni Doblas podrá debutar en la única competición en la que aún no lo ha hecho, la Copa de la UEFA.