L D (EFE) Una vez más ha quedado claro que el motociclismo español disfruta de un gran momento de forma. Las actuaciones de Sete y Barberá así lo demuestran.
Rossi fue el único que pudo acercarse a Sete, pero se quedó a cuatro décimas de segundo, mientras que el tercer clasificado, Max Biaggi, estaba ya a 1,2 segundos del catalán. Todo un hito y, quizás, también una premonición de lo que puede suceder el domingo en Mugello, circuito en el que nunca ha ganado el español y que el pasado año fue el escenario de su peor resultado de aquella temporada, de la que muy probablemente, por lo visto hoy, se pueda resarcir en breve. Carlos Checa (Yamaha YZR M 1), el segundo de los españoles en discordia de la cilindrada, estuvo siempre a un alto nivel, llegó a ocupar un puesto en la primera línea con el segundo mejor tiempo, pero al final acabó superado por el trío de italianos compuesto por Rossi, Biaggi y Marco Melandri (Yamaha YZR M 1).
Héctor Barberá (Aprilia) también ha dejado claro desde el principio que lo tenía igual de asumido. No ha sido el más rápido en los entrenamientos libres -cuarto-, pero tampoco ha hecho falta, pues entonces realizaba sus deberes como debía y cuando en los oficiales salió a por nota, consiguió la más alta. La pole position de Barberá, después de los errores de anteriores carreras, debe resultar igual de premonitoria para la cita italiana, aunque en su caso las diferencias con sus inmediatos perseguidores son exiguas. A la cuarta, el mallorquín Jorge Lorenzo ha conseguido colocarse donde le gusta, entre los aspirantes a la victoria, y la segunda posición le permite albergar muchas posibilidades de soñar con ello, aunque como siempre no será la carrera de 125 la más fácil para lograr sus objetivos.
Dani Pedrosa también se colocaba entre los mejores de su cilindrada, los 250 c.c., si bien en su caso el cuarto tiempo le deja algo lejos del autor de la pole , el argentino Sebastián Porto (Aprilia), quien como Sete Gibernau ejerció una superioridad ciertamente preocupante para sus rivales.