L D (EFE) Su registro no se acerca a los mejores tiempos de la cilindrada, ya que el mejor tiempo de entrenamientos en el pasado Gran Premio de Italia fue para el vencedor de aquella carrera, el siete veces campeón mundial italiano, Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1), que rodó en 1:48.130, en tanto que el récord en carrera está en poder del vigente campeón del mundo, el australiano Casey Stoner, también piloto de Ducati, con 1:50.003. "Es como haber dado un salto de casi dos años atrás en el tiempo, como si no hubieran existido los meses sin salir a la pista", ha dicho un emocionado Sete Gibernau en el comunicado del equipo difundido por la página oficial del campeonato.
"Conducir una moto de carreras ha sido durante muchos años mi vida, y ahora que he vuelto a sentir esas sensaciones me siento francamente bien, me siento en casa. Los automatismos del pilotaje han surgido enseguida, aunque obviamente me falta acostumbrarme a la velocidad", reconoce el piloto de Barcelona. "Me doy cuenta de que me cuesta un poco soltar los frenos y hacer correr la moto como debiera, pero estoy seguro de que es solo el óxido tras muchos meses sin pilotar", agrega.
En cuanto a la moto, Sete Gibernau manifestaba que "es en todo y para todo una Ducati. Precisa pero exigente, demanda un pilotaje físico que me ha recordado enseguida a la GP7 que probé en Motegi a finales del 2006". "Además de recuperar la confianza en el pilotaje, hoy hemos trabajado un poco sobre la electrónica, sobre el freno motor, porque mi pilotaje es diferente al que utiliza Vittoriano", dice Sete. "Por el momento dispongo de otros dos días de pruebas con la esperanza de que no llueva y después decidiremos juntos si habrá más ocasiones para conducir su moto", concluyó.
"Conducir una moto de carreras ha sido durante muchos años mi vida, y ahora que he vuelto a sentir esas sensaciones me siento francamente bien, me siento en casa. Los automatismos del pilotaje han surgido enseguida, aunque obviamente me falta acostumbrarme a la velocidad", reconoce el piloto de Barcelona. "Me doy cuenta de que me cuesta un poco soltar los frenos y hacer correr la moto como debiera, pero estoy seguro de que es solo el óxido tras muchos meses sin pilotar", agrega.
En cuanto a la moto, Sete Gibernau manifestaba que "es en todo y para todo una Ducati. Precisa pero exigente, demanda un pilotaje físico que me ha recordado enseguida a la GP7 que probé en Motegi a finales del 2006". "Además de recuperar la confianza en el pilotaje, hoy hemos trabajado un poco sobre la electrónica, sobre el freno motor, porque mi pilotaje es diferente al que utiliza Vittoriano", dice Sete. "Por el momento dispongo de otros dos días de pruebas con la esperanza de que no llueva y después decidiremos juntos si habrá más ocasiones para conducir su moto", concluyó.