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Sergio Sánchez y Garnett rescatan al Estudiantes ante el Asesoft rumano en la Eurocopa FIBA (117-111)

El MMT Estudiantes ha evitado una derrota cantada después de sestear durante 35 minutos gracias a tres tiros libres del estadounidense Marlon Garnett, que forzaban la prórroga y han acabado por arrebatar la última ocasión de seguir con vida en la Eurocopa FIBA al CSU Asesoft rumano.

L D (EFE) El campeón rumano opuso mayor resistencia que en el partido de ida, disputado en su pista y resuelto con un cómodo 89-97 para los colegiales. Pero en aquel partido, que abrió la temporada europea, los rumanos jugaron sin el pívot serbio Bojan Obradovic, un 2,06 típico de la escuela ex yugoslava, con buenos movimientos en todas las posiciones y buena mano, incluso, para salir a tirar triples. Este hombre, su compatriota Sasa Ocokoljic y los dos estadounidenses del equipo rumano, Reginald Elliot y Darius Hargrove, estuvieron a punto de arrancar del Telefónica Arena de Madrid el primer triunfo continental de la temporada, el triunfo que les habría dado opciones de seguir peleando por el pase a la segunda fase. Sin embargo, tres tiros libres de Garnett a falta de dos segundos le condenaron a una prórroga mortal. Más que nada, porque Obradovic la vio con cinco faltas sentado en el banco.

Obradovic y la obligación de ganar para seguir en la competición bastaron para que el Asesoft cambiase de aspecto respecto a la ida. Es normal porque el dominador de la escasamente conocida liga rumana juega, básicamente, con un cinco inicial, apenas rota y, cuando lo hace, baja considerablemente la intensidad y la calidad del juego que despliega. Obradovic fue una pesadilla para todo el Estudiantes. Sobre todo para sus pares, el estadounidense Will McDonald y el hispano-brasileño Caio Torres. Al final, Sergio Sánchez, que lideró la remontada al galope, terminó por quitarle el sueño al equipo de Mladen Jojic.

El pívot serbio anotó diecinueve puntos en los primeros veinte minutos -acabó con 33 sin disputar el tiempo extra-. Hargrove hizo otros ocho. Un poquito de apoyo por parte de los otros tres integrantes del quinteto consiguió que el Asesoft fuese por delante durante muchos minutos durante el primer y el segundo cuarto con una máxima diferencia de ocho puntos (20-28, m.11). El Estudiantes también prestó algo de colaboración porque salió al parqué mucho más frío y tardó bastante en coger cierto ritmo. Torres se batió el cobre debajo de los aros, Hernán Jasen y el norteamericano Marlon Garnett descongestionaron el perímetro y, mediante un par de triples y una técnica contra el banquillo visitante por protestar, los locales cerraron el primer tiempo por delante (47-45).

El Estudiantes, marcador aparte, no había terminado de alcanzar un buen tono y el Asesoft es un bloque que, ante la ocasión de ganar en Madrid, creció en moral. Ocokoljic volvió a abrir brecha y repitió el toque de atención que su equipo ya había dado antes del intermedio (53-59, m.25). Los españoles tenían tiempo por delante para la reacción, pero no podían dormirse. Pedro Martínez se lo recordó a sus jugadores con un tiempo muerto que sólo concedió respiro a los fijos del cinco rumano. Obradovic y Ocokoljic regresaron de la banda con la muñeca caliente (58-64, m.27). La zona rumana y la frialdad estudiantil condujeron el partido a una situación comprometida para los de casa a falta del último cuarto (69-73, m.30). Oscokoljic, con nueve puntos en el tercer corte, y Obradovic, que añadió otros siete a su cuenta, eran los responsables. Además, ambos tuvieron la inteligencia de saber asistir Elliot y Hargrove para salir de los dos contra uno y los ajustes defensivos. El Asesoft dominaba con merecimiento.

Los dos tiros libres que subieron la ventaja más larga de la noche hasta ese momento al tanteador (69-78), firmados por Obradovic por supuesto, empujaron al Estudiantes contra las cuerdas. El pívot buscó la línea de tres en la siguiente posesión y, con el triple que elevaba su cuenta hasta los 31 puntos y acto seguido una cesta de dos (69-83), dejó mortalmente herido a un rival remolón que había pecado de exceso de confianza. El tino de Garnett para anotar los tres tiros libres de la falta señalada a Hargrove a falta de dos segundos y, previamente, la fuerza de Sergio Sánchez, sacaron al Estudiantes de un atolladero que se había ganado a pulso. Ahora es anécdota porque la segunda fase ya es un hecho para los colegiales, pero es recomendable dejar el sufrimiento para cuando hace falta.

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