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Sergio García, segundo en el Masters de Augusta tras la primera jornada

El norirlandés Darren Clarke se ha convertido en el primer líder del Masters de Augusta de golf después de firmar 66 golpes (seis bajo el par del campo). El español Sergio García es segundo, a tres golpes de la cabeza. En la primera jornada cabe destacar la discreta actuación del resto de españoles, salvo José María Olazábal, y la del número uno del mundo, el estadounidense Tiger Woods.

L D (EFE) El madrugón, el maratón de hoyos que deben afrontar aún los jugadores (36) y la elevada humedad en el campo, hasta que ha asomado por fin el sol, no ha sido obstáculo para un inspirado Clarke y un atrevido y renacido García (69 golpes). El español, no obstante, comparte plaza con el debutante y todavía aficionado Ricky Barnes, campeón el año pasado del Abierto estadounidense y ya revelación del torneo. La jornada vino cargada de bogeys y despejada progresivamente de nubes. Con el campo largo y pesado por tanta lluvia caída, aunque con los greenes algo más amables por este motivo, las buenas tarjetas iban a quedar para otras jornadas.

Mejorar el par (72 golpes) supondría un resorte hacia los puestos altos de la tabla -sólo 7 hombres lo lograron-, pero no era tan previsible en Augusta que tanto Clarke -todavía pupilo de Butch Harmon- como García iban a destacarse muy pronto, y que los candidatos al título se sumergiesen en arenas movedizas tras los primeros 18 hoyos. Mientras Clarke y García se manejaban en Augusta como en un hidrofoil , salvando las minas que escondían las calles, golfistas como Tiger Woods (76 golpes), Ernie Els (79) o Davis Love (77) se defendían a duras penas entre el barro. Woods, que busca una todavía inédita tercera chaqueta verde consecutiva, firmó su peor vuelta desde que irrumpiera en el Masters en 1995. Aunque su tarjeta fue aparentemente pésima, como lo fueron las de Els o Love III, el ganador de las dos últimas ediciones de este torneo camina todavía por puestos de entrada en el corte.

La vuelta de García fue, pues, heroica. El castellonense, que comentó los días previos al arranque del torneo que se conformaba con divertirse y disfrutar en Augusta, ha recuperado la sonrisa después de tres meses de malos resultados en el circuito estadounidense. Sus 32 golpes (4 abajo) en los primeros 9 hoyos le hicieron olvidar los cortes fallados en sus últimos tres torneos y, con un juego soberbio, se situó en vanguardia, codo con codo con Clarke. El jugador castellonense, a tenor del resultado, encontró el recorrido correcto en el swing que está modificando, no sin esfuerzo, bajo la supervisión de su padre y entrenador, Víctor García. El jueves, en la jornada que quedó aplazada por la lluvia, Sergio García fue el último jugador en abandonar por la tarde la cancha de prácticas. Soportando él, su caddie y su padre un fuerte aguacero, García dio los últimos retoques a ese nuevo movimiento que busca un plano más vertical en el back-swing .

Es evidente que el esfuerzo tuvo recompensa, aunque García sacó hoy, además, su nuevo arma en los "greenes", el "Odyssey" de dos bolas, un "putter" estrenado la pasada campaña en el circuito y que ayudó al español a terminar con 69 golpes y olvidar, en parte, su talón de Aquiles de la pasada temporada. "He jugado bien los primeros 9 hoyos y me he encontrado confortable con el swing ", comentaba a toda prisa y algo contrariado García, quien debía comer en media hora para afrontar el segundo recorrido. García, sin embargo, encajó mal los únicos dos bogeys que cometió, de los que hacen daño y estropean una gesta pues se produjeron en los hoyos último y antepenúltimo. Antes, el jugador castellonense desperdició hasta tres ocasiones claras para birdie .

Sin tanto ruido pero con mérito sobrado, el vasco José María Olazábal acabó en el puesto duodécimo con 73 golpes (1 sobre par). Los otros tres españoles en liza tendrán, en cambio, que ganarse a pulso superar el corte. Miguel Ángel Jiménez pegó a la bola más que aceptablemente, pero le fallaron los cálculos en las distancias, velocidad de los greenes y toque en algunos golpes cortos. El malagueño, siempre meticuloso en Augusta, firmó 76 golpes, igual que Tiger, y deberá mejorar sus prestaciones para jugar el fin de semana. Severiano Ballesteros arrancó con energías, y se agarró a un campo que conoce a la perfección. Con escasa ayuda de su caddie , su voluntarioso sobrino Iván, el jugador cántabro no encontró rectitud desde el tee y se encomendó a un juego de salvamento de situaciones comprometidas.

Le fue bien a Seve hasta que llegó al Amen Corner , curiosamente el nombre que lleva una de sus más importantes empresas. El par 3 del hoyo 12 le clavó una daga y su bola, en la salida del 13, se marchó lejos de calle atraída por las azaleas en flor. Ballesteros acabó con 77 golpes. Una mejor segunda vuelta le podría meter en el corte. El que apenas cuenta con posibilidades es el debutante Alejandro Larrazábal, a quien sus 82 tiros le dejan fuera prácticamente del torneo.

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