L D (EFE) El danés Soren Kjeldsen, el sueco Peter Hedblom y los ingleses Simon Dyson y Davis Lynn comparten la segunda posición, a cuatro golpes del español.
El quinto jugador del mundo, cuya inflamación en el codo izquierdo ha remitido a base de hielo y antiinflamatorios, piensa por un instante, muy fugaz, en qué lugar de la vitrina colocaría el peculiar trofeo donado por el escultor castellonense Ripollés. La extraña obra de Ripollés quizá sea uno de los trofeos que más le gustaría a Sergio ubicar en la estantería, desde que supo que en Borriol, en su pueblo y en su casa, se organizaría por primera vez un torneo del circuito europeo. Los del 'Grand Slam', aún por llegar, pertenecen a otro orden de prioridades.
Su sueño de ganar en el campo que le vio nacer y forjarse como una estrella del golf está muy cerca de convertirse en realidad. García, de 28 años y quinto jugador del mundo, es el líder en Borriol, con 16 bajo par en el acumulado y después de firmar una tercera cartulina con 66 golpes (5 abajo). De niño, Sergio acudía como uno más al cursillo de los domingos en el club, en el que durante tres horas compaginaban golf, tenis y fútbol. Por suerte eligió el golf.
Este domingo saldrá a ganar en su campo, que conoce como la palma de la mano, tanto que admite que el pasado martes, en la ronda de practicas con Villegas y Stenson, se limitó a dar consejos pues él "no sabía qué practicar", admitía. "He pegado desde todas las partes de este campo. Todos los 'putts' y todos los 'chips'. Las mayores ventajas de esto son el saber qué golpes puedes dar en algunas ocasiones y la dirección del viento, por dónde sopla", afirmaba García.
Sergio García tiró hoy de talento, control y recetas caseras para acumular progresivamente una buena cifra de 'birdies', hasta ocho. Sólo un apagón en los hoyos 11 y 12 ('bogey' en ambos) y uno más doloroso en el 17 parecieron frenarle, pero fue un mal espejismo. El de Borriol está a una zancada de quebrar su racha en Europa -hace tres años y dos meses que no gana- y a un paso de su séptimo título continental, tercero en España -venció en Mallorca y Canarias-, primero en la península y decimoctavo en todo el mundo. "Me hubiera gustado terminar con diez golpes de ventaja, pero cuatro no está mal", dice.
En Borriol, García podría conseguir, además, su segundo título del año, después del prestigioso The Players, el denominado 'Quinto Grande' e incluido en el circuito estadounidense. Si vence se ascendería hasta el tercer peldaño del escalafón mundial.
El dominio y protagonismo de Sergio alcanzaron tales dimensiones que los esfuerzos del resto de golfistas se perdieron por los cuatro rincones del campo. Tras él, una legión de paisanos. Sergio, poco a poco, fue destrozando las ilusiones de sus adversarios más directos al comienzo de la jornada, el inglés Richard Finch y el danés Soren Kjeldsen. Finch se desinfló a partir del hoyo 12 y el danés Kjeldesen conservó la compostura para sellar 69 golpes y acabar segundo, a cuatro golpes del español García y empatado con los ingleses Dyson y Lynn y el sueco Hedblom.
"Tengo muchas ganas de ganar por muchísimas razones", aclaraba García, que como siempre restó toda la trascendencia al premio de 333.330 euros que se llevará el ganador en Borriol. "Si salgo a hacer lo que sé, creo que no tendré problemas para llevarme el título", concluyó el castellonense.
Su sueño de ganar en el campo que le vio nacer y forjarse como una estrella del golf está muy cerca de convertirse en realidad. García, de 28 años y quinto jugador del mundo, es el líder en Borriol, con 16 bajo par en el acumulado y después de firmar una tercera cartulina con 66 golpes (5 abajo). De niño, Sergio acudía como uno más al cursillo de los domingos en el club, en el que durante tres horas compaginaban golf, tenis y fútbol. Por suerte eligió el golf.
Este domingo saldrá a ganar en su campo, que conoce como la palma de la mano, tanto que admite que el pasado martes, en la ronda de practicas con Villegas y Stenson, se limitó a dar consejos pues él "no sabía qué practicar", admitía. "He pegado desde todas las partes de este campo. Todos los 'putts' y todos los 'chips'. Las mayores ventajas de esto son el saber qué golpes puedes dar en algunas ocasiones y la dirección del viento, por dónde sopla", afirmaba García.
Sergio García tiró hoy de talento, control y recetas caseras para acumular progresivamente una buena cifra de 'birdies', hasta ocho. Sólo un apagón en los hoyos 11 y 12 ('bogey' en ambos) y uno más doloroso en el 17 parecieron frenarle, pero fue un mal espejismo. El de Borriol está a una zancada de quebrar su racha en Europa -hace tres años y dos meses que no gana- y a un paso de su séptimo título continental, tercero en España -venció en Mallorca y Canarias-, primero en la península y decimoctavo en todo el mundo. "Me hubiera gustado terminar con diez golpes de ventaja, pero cuatro no está mal", dice.
En Borriol, García podría conseguir, además, su segundo título del año, después del prestigioso The Players, el denominado 'Quinto Grande' e incluido en el circuito estadounidense. Si vence se ascendería hasta el tercer peldaño del escalafón mundial.
El dominio y protagonismo de Sergio alcanzaron tales dimensiones que los esfuerzos del resto de golfistas se perdieron por los cuatro rincones del campo. Tras él, una legión de paisanos. Sergio, poco a poco, fue destrozando las ilusiones de sus adversarios más directos al comienzo de la jornada, el inglés Richard Finch y el danés Soren Kjeldsen. Finch se desinfló a partir del hoyo 12 y el danés Kjeldesen conservó la compostura para sellar 69 golpes y acabar segundo, a cuatro golpes del español García y empatado con los ingleses Dyson y Lynn y el sueco Hedblom.
"Tengo muchas ganas de ganar por muchísimas razones", aclaraba García, que como siempre restó toda la trascendencia al premio de 333.330 euros que se llevará el ganador en Borriol. "Si salgo a hacer lo que sé, creo que no tendré problemas para llevarme el título", concluyó el castellonense.