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Serena Williams firma una gran remontada ante Henin para lograr su cuarto título en Cayo Vizcaíno

Emocionante batalla la que han librado la estadounidense Serena Williams y la belga Justine Henin-Hardenne en la final femenina del torneo de Cayo Vizcaíno, segundo Masters Series de la temporada. Después de casi dos horas y media de partido, la norteamericana ha derrotado a la número uno del mundo por 0-6, 7-5 y 6-3 para conquistar su cuarto título en Miami y el vigésimo octavo de su carrera. Además, la jugadora de Michigan, decimonovena del mundo, aparecerá este lunes en el puesto undécimo del ránking WTA.

Emocionante batalla la que han librado la estadounidense Serena Williams y la belga Justine Henin-Hardenne en la final femenina del torneo de Cayo Vizcaíno, segundo Masters Series de la temporada. Después de casi dos horas y media de partido, la norteamericana ha derrotado a la número uno del mundo por 0-6, 7-5 y 6-3 para conquistar su cuarto título en Miami y el vigésimo octavo de su carrera. Además, la jugadora de Michigan, decimonovena del mundo, aparecerá este lunes en el puesto undécimo del ránking WTA.

L D (EFE) Serena estuvo contra las cuerdas. Tuvo aspecto de derrotada, cuando vapuleada en la manga inicial, afrontó el oscuro panorama con 5-4 adverso y el saque del lado de su rival. Renació y se sobrepuso a dos puntos de partido. Situación que coincidió con una caída cerca de la red de la belga, que se torció el tobillo y se lastimó la rodilla derecha. Nada fue igual para Henin a partir de ese momento, y Miami ha vuelto a ser un torneo maldito para la raqueta de Lieja. Un prestigioso abierto que no termina de incrustar en un palmarés poblado con 31 éxitos. Dos de ellos este curso, en Doha y Dubai.

Nunca ha estado tan cerca del éxito la belga, con el techo en Cayo Vizcaíno en cuartos de final. El pasado curso no superó la segunda ronda. Después de un comienzo fulgurante, arrollador y con una adversaria desdibujada, Henin puso el camino recto al éxito. Aunque su fortaleza decayó a medida que creció el ímpetu de su rival, afianzada con el paso del tiempo. No suele perdonar ni desperdiciar sus ocasiones Serena, que tiene de su lado el buen hacer en Miami y el efecto psicológico añadido que suponen sus victorias particulares frente a Henin. Cinco de ocho. Incluida la más reciente. En Wimbledon del 2003. No habían vuelto a coincidir desde entonces a pesar de que ambas han formado parte de la elite de la WTA en los tiempos recientes.

La campeona del Abierto de Australia, con 28 títulos ya a sus espaldas, recuperó el trono que fue suyo en el 2002, 2003 y 2004. Y va disparada hacia un espacio entre las diez mejores del ránking después de su particular travesía por un desierto competitivo que dejó atrás en la pasada campaña.

Serena Williams cerró el choque con autoridad y después de dos horas y media de partido. Sin piedad ante una adversaria mermada físicamente que volvió al suelo en el tramo final del partido. Cuando su caída era irremediable. No olvidó la estadounidense el sonrojo al que le sometió Henin en el primer parcial. Y le faltó tiempo para imponer su autoridad y cerrar el partido a pesar del encomiable esfuerzo de la belga por reconducir de nuevo la situación.

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