L D (EFE) Schumacher, noveno en el Mundial a 35 puntos del líder, el español Fernando Alonso (Renault), se niega a arrojar la toalla, y ha puesto como ejemplo el triunfo del Liverpool en la la final de la Champions. "Ayer, en Estambul, quedó claro que siempre hay que luchar hasta el último momento", señala. El heptacampeón mundial acude al Nurburgring alemán, escenario del Gran Premio de Europa, con "mucho optimismo". "Ya hemos demostrado que podemos ser competitivos. Lo que nos falla son las clasificatorias, pero espero que aquí todo mejore", manifestaba.
El germano también se ha referido a las quejas tanto de su compañero de equipo, el brasileño Rubens Barrichello, como de su hermano, Ralf (Toyota), que criticaron, por agresivo, su pilotaje en el Gran Premio de Mónaco, disputado la semana pasada, y ha asegurado que todo está ya olvidado. "He hablado con mi hermano tranquilamente y todo está perfectamente aclarado. Así son las carreras", ha dicho Michael Schumacher, de quien Ralf indica tras el Gran Premio de Mónaco que a su hermano "a veces se le detiene el cerebro".
"Somos dos buenos pilotos y cada uno defiende los intereses de su equipo. En carrera cada uno va a lo suyo, pero nunca se puede olvidar que somos hermanos, y uno quiere a su hermano. Todo lo que se ha dicho sobre nuestra relación son bobadas. Somos hermanos, de la misma sangre, y eso nunca se puede olvidar", añade. Ralf Schumacher también reconoce que todo está olvidado y que "no hay que seguir discutiendo sobre ese asunto". "Cuando estás en una carrera ves las cosas de una manera diferente. Cada uno pelea por lo suyo. Las decisiones se toman en décimas de segundo y hay que comprenderlo", dice el piloto de Toyota.
El campeón del mundo asegura que también dialogó con Barichello el lunes. "Ya estaba más relajado. Rubens es brasileño y muy temperamental", ha dicho entre sonrisas.
El germano también se ha referido a las quejas tanto de su compañero de equipo, el brasileño Rubens Barrichello, como de su hermano, Ralf (Toyota), que criticaron, por agresivo, su pilotaje en el Gran Premio de Mónaco, disputado la semana pasada, y ha asegurado que todo está ya olvidado. "He hablado con mi hermano tranquilamente y todo está perfectamente aclarado. Así son las carreras", ha dicho Michael Schumacher, de quien Ralf indica tras el Gran Premio de Mónaco que a su hermano "a veces se le detiene el cerebro".
"Somos dos buenos pilotos y cada uno defiende los intereses de su equipo. En carrera cada uno va a lo suyo, pero nunca se puede olvidar que somos hermanos, y uno quiere a su hermano. Todo lo que se ha dicho sobre nuestra relación son bobadas. Somos hermanos, de la misma sangre, y eso nunca se puede olvidar", añade. Ralf Schumacher también reconoce que todo está olvidado y que "no hay que seguir discutiendo sobre ese asunto". "Cuando estás en una carrera ves las cosas de una manera diferente. Cada uno pelea por lo suyo. Las decisiones se toman en décimas de segundo y hay que comprenderlo", dice el piloto de Toyota.
El campeón del mundo asegura que también dialogó con Barichello el lunes. "Ya estaba más relajado. Rubens es brasileño y muy temperamental", ha dicho entre sonrisas.