L D (EFE) En unas declaraciones a TV3, Rosell, que no comparecía ante los medios de comunicación desde hace seis meses por un acuerdo alcanzado con Joan Laporta, pronunció dos frases que resumen su sentir: "este mes toca hablar y poner las cosas sobre la mesa" y "dimitir el 1 de julio es una posibilidad"
En ningún caso quiso dar por sentado que se irá el 30 de junio. "Primero hay que acabar la competición, cuando acabe me lo plantearé y pensaré en lo que ha pasado, cómo ha sido el proceso de nuestra junta en estos dos años y, en función de lo que evalúe, de lo que ponga en la balanza, decidiré", indicó.
Rosell ofreció una pista más cuando habló sobre el vencimiento del aval que la directiva tiene que hacer efectivo cada ejercicio, ya que la Liga de Fútbol Profesional obliga a los directivos avalar el 15 por ciento del presupuesto del club. "Este tema es algo que hay que hacer cada año, que cada año cambia. El aval se acaba el 30 de junio, con efectos hasta el 30 de septiembre", admitió Rosell.
El vicepresidente, que reconoció que desde enero pasado ya no tiene ninguna ascendencia sobre el proyecto deportivo, comentó que han pasado desde entonces muchas cosas. "La mejor es haber ganado la liga", aseguró Rosell, quien tiene muy claras las causas de su desencuentro con buena parte del equipo directivo. No quiso nombrar a nadie, pero se refería a Johan Cruyff cuando aseguró: "Hay cuestiones de influencias externas que no son cómo había entendido o cómo se me había explicado. Me gusta ser fiel a los proyectos tal y como se habían planteado". Considera que nadie le puede tildar de desleal por decir lo que piensa. "Yo soy muy leal al Barça", dijo Rosell, quien cuando le preguntaron si se confunde el cargo con la entidad afirmó: "Estaría bien que pensáramos que el Barça es lo primero".
El vicepresidente deportivo, máximo responsable de las contrataciones de Ronaldinho o de Deco, admitió que no trata cuestiones deportivas con Txiki Begiristain, director técnico, ni con el entrenador Frank Rijkaard. "¿Si los técnicos se me saltan? Eso es lo que está pasando en los últimos meses", comentó Rosell, quien considera que lo que se debe discutir es "cómo volver al proyecto inicial". Prueba de todo ello es que durante la última reunión de la directiva, Rosell pidió ver los precontratos firmados con futbolistas en los últimos cinco meses. "Pienso que hubo una falta de información a los miembros de la junta. No habían llegado (los documentos) al área deportiva y me quejo de los procesos internos. Hay que hablar para cambiar", insistió.
Desmintió que Rijkaard haya pedido su marcha para renovar el contrato y cuando se le pidió su opinión sobre Cruyff, con quien no comulga y a quien acusa de instigar "influencias externas" sobre el presidente y el equipo técnico, Rosell aseguró que el holandés "es muy grande". "Cruyff tiene un peso específico muy grande en el barcelonismo desde el día que llegó. Ha estado siempre, o con el presidente o contra el presidente. No es fácil. Ahora está con el presidente, porque son muy amigos", agregó.
Rosell explicó que se reunió hace unos meses para cenar con Laporta para liberar "la crispación" existente en el club. "Salí de la escena (pública), porque parecía que podía afectar y desequilibrar al equipo", indicó el directivo, quien considera que "en una institución tan grande como el Barça, no hace falta ser íntimo amigo de todo el mundo". "¿Si nos podemos entender en el futuro? En la vida, todo se puede arreglar menos la muerte. Es importante que para que eso suceda cada uno tenga independencia para resolver las cosas. Desde la otra parte hay muchas influencias externas que no son buenas para el club", indicó.
Admitió que no tiene más detalles que los publicados en la prensa sobre las negociaciones con el gobierno chino para cerrar un acuerdo de patrocinio de la camiseta azulgrana y desconoce si buena parte de ese dinero irá al proyecto deportivo: "Desde el invierno no influyo en los fichajes. Hay que aclararlo y lo haremos al término de la liga, porque así no es como se inició el proyecto". De todas maneras, Rosell insistió en que con independencia de la decisión que tome, ésta no debe afectar al futuro barcelonista de Ronaldinho, quien se encuentra en Barcelona "feliz y encantando". También desmintió que prepare una candidatura a la presidencia del club. "Yo no quiero ser presidente del Barcelona, lo he dicho muchas veces", dijo.