L D (EFE) "No tengo ninguna táctica, solamente dar el máximo e ir lo más rápido posible a pesar de mi posición en la salida, con el fin de no verme penalizado los dos días siguiente", aseguró el madrileño. La modificación del reglamento del Rally de Australia, décima prueba del Mundial de la especialidad que se disputa en Perth del 4 al 7 de septiembre, supone que el orden de la salida de la primera súper especial sea el mismo que el figura en la clasificación del campeonato, por lo que Sainz saldrá en segundo lugar por detrás de Burns.
La peculiaridad del terreno sobre el que discurre la prueba, con carreteras estrechas salpicadas por piedras esféricas de pequeño tamaño, una especie de canicas, perjudica a los que salgan en primer lugar, ya que sus vehículos tendrán menos adherencia que los que corran a continuación.
De ahí la importancia del primer tramo cronometrado, de tan sólo 2,45 kilómetros, que decidirá el primer líder de la prueba. En la segunda y tercera etapas, el orden de salida será ya el tradicional, con los quince primeros saliendo en situación inversa a su clasificación. "Es una superficie única en el Mundial, con pequeñas bolas que hacen que las especiales sean muy deslizantes. A veces el terreno está blando, incluso muy bacheado en algunas zonas, pero pueden tener también el suelo muy duro. La sensación de pilotaje es divertida. Como se derrapa mucho, de vez en cuando hay sustos", comentó el piloto madrileño. "Si el tiempo está seco, el terreno es muy deslizante para los primeros en algunas especiales, ya que limpian las pistas a los que vienen detrás. Si llueve no hay ninguna ventaja en estar de los primeros. Este fenómeno no se nota, ya la que la pista está igual para todos", añadió.
Está será la decimotercera participación de Sainz en el Rally de Australia, una de las pocas pruebas del Mundial que aún no figuran en su palmarés, en la que ha logrado cinco podios y ha abandonado en otras cinco ocasiones. El pasado año se quedó a las puertas del podio al finalizar cuarto.
La peculiaridad del terreno sobre el que discurre la prueba, con carreteras estrechas salpicadas por piedras esféricas de pequeño tamaño, una especie de canicas, perjudica a los que salgan en primer lugar, ya que sus vehículos tendrán menos adherencia que los que corran a continuación.
De ahí la importancia del primer tramo cronometrado, de tan sólo 2,45 kilómetros, que decidirá el primer líder de la prueba. En la segunda y tercera etapas, el orden de salida será ya el tradicional, con los quince primeros saliendo en situación inversa a su clasificación. "Es una superficie única en el Mundial, con pequeñas bolas que hacen que las especiales sean muy deslizantes. A veces el terreno está blando, incluso muy bacheado en algunas zonas, pero pueden tener también el suelo muy duro. La sensación de pilotaje es divertida. Como se derrapa mucho, de vez en cuando hay sustos", comentó el piloto madrileño. "Si el tiempo está seco, el terreno es muy deslizante para los primeros en algunas especiales, ya que limpian las pistas a los que vienen detrás. Si llueve no hay ninguna ventaja en estar de los primeros. Este fenómeno no se nota, ya la que la pista está igual para todos", añadió.
Está será la decimotercera participación de Sainz en el Rally de Australia, una de las pocas pruebas del Mundial que aún no figuran en su palmarés, en la que ha logrado cinco podios y ha abandonado en otras cinco ocasiones. El pasado año se quedó a las puertas del podio al finalizar cuarto.