L D (EFE) Ha sido un encuentro épico disputado en el Rod Laver Arena, donde Marat ha salvado una bola de partido de partido en el desempate del cuarto set. Pero el quinto terminaba decantándose para el ruso, que ha terminado imponiéndose por un marcador de 5-7, 6-4, 5-7, 7-6 (8-6) y 9-7. Eso sí, necesitó siete oportunidades para lograrlo y acabar de esta forma con la racha de 26 victorias consecutivas que Federer llevaba desde que perdió el 15 de agosto, contra el checo Thomas Berdych, en la segunda ronda del torneo olímpico de Atenas.
Fue un partido para la historia de este torneo, pleno de pasión, de intercambios espectaculares y, por supuesto, de emoción. El suizo no había cedido un set este año -el último fue contra el español Carlos Moyá en el Masters de Houston- y se había presentado en Melbourne con el título ATP de Doha y también con triunfo en la exhibición de Kooyong. Safin recordaba cómo el pasado año, en la final, no pudo hacerle frente con garantías porque estaba físicamente muerto. Y aquella derrota ha permanecido en su mente hasta ahora, con un lógico deseo de venganza. El que ha tenido problemas físicos esta vez ha sido Federer, que tuvo que ser atendido en la pista en varias ocasiones, por dolores en la espalda, brazo derecho y cadera. Pese a todo conectó 22 saques directos y pudo acabar ganando si hubiera aprovechado una bola de partido en el desempate.
Safin, en vez de bajar los brazos, se mantuvo firme, logrando que su concentración no bajase un ápice. Dispuso de su primeros dos puntos de partido en el noveno juego del quinto set, pero los falló con sendos reveses, quizás por precipitación. La tercera oportunidad llegó en el décimo juego, salvado con una genial volea del suizo. La cuarta y quinta llegaron en el décimo cuarto, con un resto fuera y un punto de servicio del suizo. El sexto lo salvó Federer con un ace, pero en el séptimo la derecha de Safin abrió un hueco imposible, y Roger tropezó y acabó de rodillas, mientras el ruso levantaba los brazos detrás de la red.
Marat Safin se enfrentará contra el vencedor del encuentro que este viernes disputarán Andy Roddick, segundo cabeza de serie, y el australiano Lleyton Hewitt, tercero. Pero de momento ha saboreado la mejor de sus victorias, pues no vencía a Roger Federer desde hace tres años en Moscú y llevaba tres derrotas consecutivas contra el genial jugador suizo, y un balance de 6-1 desfavorable.
Fue un partido para la historia de este torneo, pleno de pasión, de intercambios espectaculares y, por supuesto, de emoción. El suizo no había cedido un set este año -el último fue contra el español Carlos Moyá en el Masters de Houston- y se había presentado en Melbourne con el título ATP de Doha y también con triunfo en la exhibición de Kooyong. Safin recordaba cómo el pasado año, en la final, no pudo hacerle frente con garantías porque estaba físicamente muerto. Y aquella derrota ha permanecido en su mente hasta ahora, con un lógico deseo de venganza. El que ha tenido problemas físicos esta vez ha sido Federer, que tuvo que ser atendido en la pista en varias ocasiones, por dolores en la espalda, brazo derecho y cadera. Pese a todo conectó 22 saques directos y pudo acabar ganando si hubiera aprovechado una bola de partido en el desempate.
Safin, en vez de bajar los brazos, se mantuvo firme, logrando que su concentración no bajase un ápice. Dispuso de su primeros dos puntos de partido en el noveno juego del quinto set, pero los falló con sendos reveses, quizás por precipitación. La tercera oportunidad llegó en el décimo juego, salvado con una genial volea del suizo. La cuarta y quinta llegaron en el décimo cuarto, con un resto fuera y un punto de servicio del suizo. El sexto lo salvó Federer con un ace, pero en el séptimo la derecha de Safin abrió un hueco imposible, y Roger tropezó y acabó de rodillas, mientras el ruso levantaba los brazos detrás de la red.
Marat Safin se enfrentará contra el vencedor del encuentro que este viernes disputarán Andy Roddick, segundo cabeza de serie, y el australiano Lleyton Hewitt, tercero. Pero de momento ha saboreado la mejor de sus victorias, pues no vencía a Roger Federer desde hace tres años en Moscú y llevaba tres derrotas consecutivas contra el genial jugador suizo, y un balance de 6-1 desfavorable.