(Libertad Digital) Al menos no hubo interrupciones por la lluvia. En Wimbledon continúa brillando el sol y solamente este factor, inusual en el tercer 'Grand Slam' del curso, constituye un motivo de alegría. Eso sí, en lo deportivo, han tenido que decir adiós Ferrero, Montañés y Ruano, aunque sobreviven Ferrer, Feliciano, Verdasco y Anabel Medina.
La mala suerte se cebó con Ferrero, que tuvo que retirarse a causa de una lesión en el isquiotibial. La tragedia personal del tenista echó un cable, de rebote, a su contrincante alemán, Mischa Zverev, quien no obstante iba ganando con un marcador bastante revelador: 6-4, 6-4 y 2-1. Cabizbajo, el de Onteniente, vigésimo primer cabeza de serie, reconocía que el problema se derivó de las molestias en los abductores que venía padeciendo y que la pierna "no estaba lo suficientemente fuerte". Lamentando su mala fortuna, Ferrero recordaba que tampoco ha conseguido puntos en la temporada de tierra "y aquí tampoco, así que muy allá no voy", relataba.
Otro español que ha salido escaldado en la hierba londinense es Albert Montañés. Poco pudo hacer ante el australiano Lleyton Hewitt -campeón de Wimbledon en 2002-, que no tuvo problemas para apear al catalán del cuadro masculino con firmeza con un 7-6 (7-4), 6-0 y 6-2. Virginia Ruano causaba la tercera baja en la 'Armada' pese a tener un principio brillante, en el que todo le funcionó hasta ganar el primer set, ante la francesa Amelie Mauresmo. No hay que olvidar que la jugadora gala fue campeona en este césped en el 2006. Mauresmo luchó, remontó, dijo adiós a la jugadora española y ahora prepara la raqueta para medir su tenis con la estadounidense Serena Williams.
Feliciano López, como pez en el agua sobre la hierba
La otra cara de la jornada, la de las sonrisas y los marcadores a favor, corría a cargo, entre otros, de Feliciano López, un hombre que se mueve con mucha soltura por la superficie verde. Tampoco ha defraudado en esta ocasión. El toledano, trigésimo primer cabeza de serie, sorteaba sin grandes contratiempos su pulso ante el croata Roko Karanusic, al que obligaba a marcharse del maratón de Wimbledon en tres sets. López, que llegó a cuartos de final en esta competición en 2005, se encontrará en tercera ronda con un rival 'a priori' asequible como el estadounidense Bobby Reynolds, verdugo del canadiense Frank Dancevic.
Hubo que esperar hasta última hora para disfrutar de la victoria de David Ferrer, quinto cabeza de serie, que liquidaba al ruso Igor Andreev por 3-6, 6-3, 6-4 y 6-2 en dos horas y diez minutos. Otra tanto ocurrió con Fernando Verdasco, otro de los últimos en recoger la raqueta, aunque lo hizo como triunfador. Firmó un merecido 7-6 (7-4), 6-7 (5-7), 6-1 y 6-1 ante el belga Olivier Rochus y se prepara ya para enfrentarse al checo Tomas Berdych, undécimo favorito.
La alegría en la categoría femenina la dio Anabel Medina, quien sufrió lo indecible para proclamarse ganadora en un choque interminable -dos horas y 55 minutos- ante la italiana Francesca Schiavone, vigésima favorita, por 3-6, 7-5 y 9-7. Aunque Medina, que salvó dos bolas de partido en contra, no tiene grandes expectativas de cara al que será el siguiente obstáculo, la húngara Agnes Szavay, decimoquinta favorita, considera ya un regalo haber progresado hasta tercera ronda en un 'grande'. "Ahora yo creo que hay que salir más a disfrutar, sobre todo en hierba, en tercera en un 'Grand Slam', es como un regalo", explicaba la valenciana.
Ivanovic salva dos bolas de partido ante Dechy
Fuera ya del panorama nacional, la gran sorpresa de la jornada la protagonizó el serbio Novak Djokovic, el número tres del mundo, con su despedida prematura e improbable hasta ahora de esta competición, al caer en la 'Catedral' tras dos horas y un minuto frente al ruso Marat Safin por 6-4, 7-6 (3) y 6-2.
Aunque asustó en el primer set, su compatriota y flamante campeona de Roland Garros, Ana Ivanovic, también mantuvo en vilo a los espectadores del All England Club. Fue un día inusual para la número uno del mundo, que necesitó casi tres horas y media y llegó a salvar dos bolas de partido para imponerse con esfuerzos ante la francesa Nathalie Dechy, una rival que jamás ha logrado completar la temporada entre las diez mejores raquetas del mundo. La primera favorita, que vio cómo se le iba el primer set, se recompuso y se las arregló para revertir el desenlace hasta sellar el 6-7 (2-7), 7-6 (7-3) y 10-8 en la pista 1 donde, lejos de una eufórica Ana, quedó arrinconada en su silla, ahogada en un mar de lágrimas una desconsolada Dechy.