L D (EFE) En este encuentro, el último de los brasileños antes de su debut mundialista frente a Croacia el próximo 13 de junio, los hombres de Carlos Alberto Parreira tardaron en encontrar la puerta contraria, pero una vez lo hicieron todo fue un carnaval de juego por parte del equipo brasileño. Adriano, ya en la segunda parte, puso el 2-0 en el marcador. Una espléndida jugada la del delantero del Inter de Milán, que tras librarse de su marcador lanzó un tiro duro y seco que se coló de forma irremisible por el lado derecho de Glenn Moss, portero neozelandés.
Coveny y Killen fueron los únicos que pusieron en entredicho a la defensa de los suramericanos, que superaron con creces el test previo a su inicio en la competición mundialista, en la que están encuadrados, en la primera fase, en el grupo F, junto a los citados croatas, Australia y Japón. Los neozelandeses, conocedores de sobra de la superioridad de sus rivales, se replegaron cuanto pudieron en su parcela para intentar evitar las oleadas de los centrocampistas y delanteros brasileños, que se vieron ayudados en numerosas ocasiones por las incursiones de los laterales, sobre todo, por el costado de Roberto Carlos
Cuando unos y otros daban por bueno el 2-0, con un carrusel de cambios y pese a las numerosísimas ocasiones de los brasileños, llegó el gol de Kaká y poco después, tras una acción de Lucio que acabó en la red pero el tanto no subió al luminoso, Junihno en el descuento puso el definitivo 4-0. Un resultado que confirma las pretensiones de los de Parreira en este Mundial: revalidar el título
Coveny y Killen fueron los únicos que pusieron en entredicho a la defensa de los suramericanos, que superaron con creces el test previo a su inicio en la competición mundialista, en la que están encuadrados, en la primera fase, en el grupo F, junto a los citados croatas, Australia y Japón. Los neozelandeses, conocedores de sobra de la superioridad de sus rivales, se replegaron cuanto pudieron en su parcela para intentar evitar las oleadas de los centrocampistas y delanteros brasileños, que se vieron ayudados en numerosas ocasiones por las incursiones de los laterales, sobre todo, por el costado de Roberto Carlos
Cuando unos y otros daban por bueno el 2-0, con un carrusel de cambios y pese a las numerosísimas ocasiones de los brasileños, llegó el gol de Kaká y poco después, tras una acción de Lucio que acabó en la red pero el tanto no subió al luminoso, Junihno en el descuento puso el definitivo 4-0. Un resultado que confirma las pretensiones de los de Parreira en este Mundial: revalidar el título