Según revela un artículo de La Gazzetta dello Sport, una de las estrellas del Milan empieza a perder la sonrisa pocas semanas después del esperanzado comienzo de campeonato. Ronaldinho, como muchos brasileños, sólo juega bien en el campo si es feliz fuera. Parece que empieza a resquebrajarse el nuevo proyecto estelar de Silvio Berlusconi antes, incluso, de lo previsto.
Cuando acabó el partido que el Milan perdió ante la Juventus y le alejaba del líder de la clasificación, la Lazio, Ronaldinho no estaba para muchas bromas. Tuvo que ver el encuentro desde la grada acompañado de su compatriota Thiago Silva. Tras la derrota, el ex jugador del Barcelona criticó a su equipo: "No se puede jugar así. (Zlatan) Ibrahimovic no puede jugar solo entre cuatro adversarios".
En cuanto terminó el encuentro, y siempre según el diario deportivo, Ronaldinho se marchó a uno de sus locales favoritos de Milán. Sin embargo, no tenía ganas de fiesta. No era el día de bailar y beber, como en otras ocasiones, para festejar algo. Estaba sentado en un reservado con su círculo de amigos más estrechos bebiendo té egipcio. Cuando suena I got a Feeling, la canción de The Black Eyed Peas, Ronaldinho se anima, pero pronto vuelve a caer en su ensimismamiento.
Pese a la derrota, en el local se juntan varios jugadores rossoneri como Onyewu o Strasser. Ronaldinho, sin embargo, prefiere estar solo y mantenerse al margen. De esta forma, y ya acompañado por su hermano, a las tres de la mañana acabó la noche para el Gaúcho. Ya vendrán tiempos mejores.