L D (EFE) El primer favorito del abierto germano, que prolongó su hegemonía tras reeditar la victoria del curso pasado, se presenta en Wimbledon con los triunfos en el Abierto de Australia, los Masters Series de Indian Wells y Hamburgo y en los torneos de Dubai y Halle. Una excelsa carta de presentación para el tercer Grand Slam de la temporada. Fish no tuvo opción alguna en un partido sin historia. Dominado de principio a fin por el helvético, que afina su puesta a punto sostenido en un preciso juego de ataque sobre la hierba. Una superficie que parece hecha a la medida del suizo.
Fue en Wimbledon del pasado ejercicio donde Federer, de veintitrés años, tomó impulso de forma definitiva hacia la cima del ránking de la ATP que terminaron por disputar el estadounidense Andy Roddick y el español Juan Carlos Ferrero. Pero el helvético ya empezó a sentar las bases de su hegemonía prolongada a lo largo del presente curso con una significativa autoridad.
Federer levantó el pie del acelerador en el segundo parcial. Dosificó sus esfuerzos ante el norteamericano, incapaz de amenazar el saque de su rival. Fish no pudo amarrar la proyección que ofreció un duelo ante el suizo, que completó su trayecto en Halle amparado por la rotura del saque de su rival. Su servicio hizo el resto.
Fue en Wimbledon del pasado ejercicio donde Federer, de veintitrés años, tomó impulso de forma definitiva hacia la cima del ránking de la ATP que terminaron por disputar el estadounidense Andy Roddick y el español Juan Carlos Ferrero. Pero el helvético ya empezó a sentar las bases de su hegemonía prolongada a lo largo del presente curso con una significativa autoridad.
Federer levantó el pie del acelerador en el segundo parcial. Dosificó sus esfuerzos ante el norteamericano, incapaz de amenazar el saque de su rival. Fish no pudo amarrar la proyección que ofreció un duelo ante el suizo, que completó su trayecto en Halle amparado por la rotura del saque de su rival. Su servicio hizo el resto.