L D (EFE) Federer evoca las otras dos finales anteriores en las que se llevó el trofeo para tratar de explicar cómo consigue crecerse en las grandes ocasiones. "Recuerdo que contra Agassi (cuando ganó el Masters de Houston, en 2003) jugué de manera increíble, como hoy. Era uno de los mejores partidos que había jugado hasta ese momento", dice. "Y contra Hewitt (en Houston, en 2004), obviamente, fue difícil por culpa de la lluvia. Fue un partido totalmente diferente, pero lo tuve bajo control", continuaba.
"Para mí, no hay una explicación de por qué juego tan bien en los grandes momentos. Me ocurrió también hoy, con bolas increíbles en los grandes puntos. Por alguna razón, al final simplemente acaba pasando lo de siempre", explica. "No veo qué secreto hay tras ello, de verdad que no", afirma.
El jugador helvético repasa su temporada, en la que "hubo un montón de momentos altos, y pocos bajos". Afirma que el título que más le emocionó este año fue el Abierto de Australia, y que Wimbledon fue "el más especial", aunque la victoria de hoy que lo corona como maestro de maestros del tenis "es un gran final de la historia para 2006". El suizo, que ya antes del comienzo del Masters había asegurado que se encontraba en el mejor momento de su carrera, confesó que llegar a convertirse en uno de los mejores tenistas de todos los tiempos está entre sus objetivos, pero a largo plazo.
Matemáticamente ya está garantizado que Federer superará el récord de Jimmy Connors con más semanas consecutivas como número uno de la lista de la ATP (160) el 26 de febrero próximo. "Creo que definitivamente es uno de los grandes récords que he conseguido, tal vez el mejor en toda mi carrera". Ser considerado uno de los mejores de la historia es algo que Federer espera conseguir algún día. "Estoy esperando que llegue esa fecha, y entonces la celebraré, pero no ahora mismo", aseguraba.
"Siempre le dije a mi entrenador, en cuanto conseguí ser el número uno del mundo, que sólo jugaría un cierto número de torneos al año", concluyó, "porque quiero pensar en el largo plazo, en los cinco o diez años por delante, y tratar de ahorrar mis energías y jugar tanto tiempo como me sea posible".
"Para mí, no hay una explicación de por qué juego tan bien en los grandes momentos. Me ocurrió también hoy, con bolas increíbles en los grandes puntos. Por alguna razón, al final simplemente acaba pasando lo de siempre", explica. "No veo qué secreto hay tras ello, de verdad que no", afirma.
El jugador helvético repasa su temporada, en la que "hubo un montón de momentos altos, y pocos bajos". Afirma que el título que más le emocionó este año fue el Abierto de Australia, y que Wimbledon fue "el más especial", aunque la victoria de hoy que lo corona como maestro de maestros del tenis "es un gran final de la historia para 2006". El suizo, que ya antes del comienzo del Masters había asegurado que se encontraba en el mejor momento de su carrera, confesó que llegar a convertirse en uno de los mejores tenistas de todos los tiempos está entre sus objetivos, pero a largo plazo.
Matemáticamente ya está garantizado que Federer superará el récord de Jimmy Connors con más semanas consecutivas como número uno de la lista de la ATP (160) el 26 de febrero próximo. "Creo que definitivamente es uno de los grandes récords que he conseguido, tal vez el mejor en toda mi carrera". Ser considerado uno de los mejores de la historia es algo que Federer espera conseguir algún día. "Estoy esperando que llegue esa fecha, y entonces la celebraré, pero no ahora mismo", aseguraba.
"Siempre le dije a mi entrenador, en cuanto conseguí ser el número uno del mundo, que sólo jugaría un cierto número de torneos al año", concluyó, "porque quiero pensar en el largo plazo, en los cinco o diez años por delante, y tratar de ahorrar mis energías y jugar tanto tiempo como me sea posible".