L D (EFE) El jugador de Nebraska, segundo favorito en Madrid, no ha tenido reparos en hablar con humor sobre el centrocampista inglés del Real Madrid, David Beckham, a pesar de que momentos antes había disertado con más seriedad sobre la posibilidad de alcanzar el cetro universal en el deporte de la raqueta. El estadounidense no se ha escondido. Asume conocer a Beckham a pesar de la limitada proyección que el fútbol europeo tiene en su país. "He estado un tiempo en Inglaterra. Conozco a Beckham. Tiene un pelo muy bonito", ironizaba tras ser cuestionado sobre qué es lo que más le había llamado la atención del inglés.
Más en serio, el tenista reconoce al futbolista como "un fenómeno que arrastra una popularidad impresionante. Es increíble la atención que concentra Beckham en todo el mundo. Es un espectáculo y muy interesante observarle a él y todo lo que le rodea", añade. Roddick encuentra argumentos para justificar la atención que concentra cada movimiento del futbolista. "Uno puede generar tanta atención si se dedica al mundo del pop o del deporte. Beckham concentra ambos elementos y es normal que el seguimiento se dispare", argumentaba en el tramo final de la rueda de prensa posterior a su partido contra Mirnyi.
La presión y las expectativas creadas alrededor del tenista de Nebraska, de 21 años, no preocupan al tenista que completa la mejor temporada de su carrera y que acude disparado hacia la cima mundial. "Prefiero ganar un Grand Slam que ser el número uno del mundo. Ganar, por ejemplo, el Abierto de Estados Unidos y ser segundo de la clasificación mundial es mejor para mí que ser el primero y no ganar nada", argumenta el tenista. Un ramalazo de ambición acompañaban después las palabras del norteamericano. "Si puedo lograr las dos cosas ¿Por qué renunciar a ellas?".
La proyección de Roddick se ha disparado en los últimos meses. Especialmente tras ganar a Juan Carlos Ferrero en la final del Open de su país. El joven tenista, que reside en Florida, asume la responsabilidad y la reciente y actual condición de mejor jugador estadounidense. "Si logro ser el número uno del mundo todavía me quedarán cosas por hacer. Por ejemplo, repetirlo", expone el jugador, que reconoce el orgullo que supone para él "abanderar en Madrid el tenis de mi país. Aunque faltan unos cuantos".
Sin embargo, la obsesión de este alumno aventajado de la escuela estadounidense es "mejorar cada día" y aprovechar la experiencia que concede la vida del deportista. "Pretendo sacar lo máximo de donde estoy. Ahora estoy arriba y eso ya es una motivación para mí. Es importante estar relajado en los momentos difíciles en todos los ordenes de la vida. Yo he pasado por vivencias duras y eso me ha dado experiencia. El tenis te permite conocer otras culturas. Y eso es un lujo", añade Roddick.
Más en serio, el tenista reconoce al futbolista como "un fenómeno que arrastra una popularidad impresionante. Es increíble la atención que concentra Beckham en todo el mundo. Es un espectáculo y muy interesante observarle a él y todo lo que le rodea", añade. Roddick encuentra argumentos para justificar la atención que concentra cada movimiento del futbolista. "Uno puede generar tanta atención si se dedica al mundo del pop o del deporte. Beckham concentra ambos elementos y es normal que el seguimiento se dispare", argumentaba en el tramo final de la rueda de prensa posterior a su partido contra Mirnyi.
La presión y las expectativas creadas alrededor del tenista de Nebraska, de 21 años, no preocupan al tenista que completa la mejor temporada de su carrera y que acude disparado hacia la cima mundial. "Prefiero ganar un Grand Slam que ser el número uno del mundo. Ganar, por ejemplo, el Abierto de Estados Unidos y ser segundo de la clasificación mundial es mejor para mí que ser el primero y no ganar nada", argumenta el tenista. Un ramalazo de ambición acompañaban después las palabras del norteamericano. "Si puedo lograr las dos cosas ¿Por qué renunciar a ellas?".
La proyección de Roddick se ha disparado en los últimos meses. Especialmente tras ganar a Juan Carlos Ferrero en la final del Open de su país. El joven tenista, que reside en Florida, asume la responsabilidad y la reciente y actual condición de mejor jugador estadounidense. "Si logro ser el número uno del mundo todavía me quedarán cosas por hacer. Por ejemplo, repetirlo", expone el jugador, que reconoce el orgullo que supone para él "abanderar en Madrid el tenis de mi país. Aunque faltan unos cuantos".
Sin embargo, la obsesión de este alumno aventajado de la escuela estadounidense es "mejorar cada día" y aprovechar la experiencia que concede la vida del deportista. "Pretendo sacar lo máximo de donde estoy. Ahora estoy arriba y eso ya es una motivación para mí. Es importante estar relajado en los momentos difíciles en todos los ordenes de la vida. Yo he pasado por vivencias duras y eso me ha dado experiencia. El tenis te permite conocer otras culturas. Y eso es un lujo", añade Roddick.