L D (EFE) "Si el partido contra Francia fuera hoy, con seguridad Emerson y Kaká estarían afuera. No es nada grave, pero incómodo. Produce dolor y tenemos que esperar. El dolor es nuestro parámetro para determinar su salida de los entrenamientos", explicaba el médico de la selección, José Luiz Runco. La incógnita sobre la recuperación de Kaká y Emerson será despejada antes del entrenamiento vespertino del equipo. El médico espera que los dolores desaparezcan para autorizar la vuelta de los jugadores a las actividades.
Robinho realizó hoy varios movimientos de acción y reacción por instrucciones del preparador físico Paulo Paixao y ante el seguimiento atento de Parreira. El departamento de la selección brasileña también tiene en observación al lateral izquierdo Roberto Carlos y al defensa Lúcio, pero sus problemas musculares "preocupan menos", afirmó Runco. Después del entrenamiento de los jugadores reservas en Bergisch Gladbach, Robinho dijo estar en condiciones de cumplir este jueves una práctica de mayor intensidad y jugar el sábado, o al menos aguardar una oportunidad en el banco de la reserva.
El delantero manifestó absoluta confianza en la clasificación de Brasil para las semifinales y en una alusión velada a los críticos de la selección afirmó que "la tendencia a jugar mejor y crecer se da en la medida en que los partidos son más importantes". En el peor de los escenarios, las lesiones de Kaká y Emerson obligarían a Parreira a optar por Gilberto Silva y Ricardinho, en tanto que la recuperación de Robinho amenaza de nuevo la permanencia de Adriano, pese a que ha marcado dos goles.
Revancha fue una palabra desterrada hoy por la comisión técnica en el análisis del choque contra Francia para neutralizar el inevitable morbo que generan los antecedentes recientes en la final del Mundial de 1998 y en el Mundial de 1986. Brasil cayó por 3-0 en la final de París y hace casi veinte años fue eliminada por 4-3 en una tanda de penaltis que sucedió a un empate 1-1 en el tiempo reglamentario del partido de cuartos de final en México.
El coordinador técnico, Mario Jorge Lobo Zagallo, afrimaba que Ronaldo, ahora en su mejor nivel futbolístico, puede hacer la diferencia en el partido de Fráncfort. Zagallo evitó comparaciones entre la crisis que sufrió Ronaldo horas antes de la final de 1998 con el partido del próximo sábado. "Son competiciones totalmente distintas. Ronaldo tuvo un problema de salud (en la final de hace ocho años) y ahora él va a jugar entero. Quien sabe si él no va a ser la diferencia", manifestó.
"Francia no tuvo nada que ver con lo que pasó con nosotros", dijo Zagallo, campeón como jugador en los mundiales de 1958 y 1962, y desde el banco en los de 1970 y 1994. "Eso (el problema de salud de Ronaldo) abatió a nuestro equipo. Ahora tenemos un equipo sólido", manifestó. La historia común de Brasil y Francia se resume en siete enfrentamientos, con tres victorias para los europeos y dos para los suramericanos. La última victoria de los brasileños se registró hace casi catorce años, por 2-0, en un partido amistoso celebrado el 26 de agosto de 1992 en el estadio Parque de los Príncipes. Carlos Alberto Parreira era también el técnico.
Robinho realizó hoy varios movimientos de acción y reacción por instrucciones del preparador físico Paulo Paixao y ante el seguimiento atento de Parreira. El departamento de la selección brasileña también tiene en observación al lateral izquierdo Roberto Carlos y al defensa Lúcio, pero sus problemas musculares "preocupan menos", afirmó Runco. Después del entrenamiento de los jugadores reservas en Bergisch Gladbach, Robinho dijo estar en condiciones de cumplir este jueves una práctica de mayor intensidad y jugar el sábado, o al menos aguardar una oportunidad en el banco de la reserva.
El delantero manifestó absoluta confianza en la clasificación de Brasil para las semifinales y en una alusión velada a los críticos de la selección afirmó que "la tendencia a jugar mejor y crecer se da en la medida en que los partidos son más importantes". En el peor de los escenarios, las lesiones de Kaká y Emerson obligarían a Parreira a optar por Gilberto Silva y Ricardinho, en tanto que la recuperación de Robinho amenaza de nuevo la permanencia de Adriano, pese a que ha marcado dos goles.
Revancha fue una palabra desterrada hoy por la comisión técnica en el análisis del choque contra Francia para neutralizar el inevitable morbo que generan los antecedentes recientes en la final del Mundial de 1998 y en el Mundial de 1986. Brasil cayó por 3-0 en la final de París y hace casi veinte años fue eliminada por 4-3 en una tanda de penaltis que sucedió a un empate 1-1 en el tiempo reglamentario del partido de cuartos de final en México.
El coordinador técnico, Mario Jorge Lobo Zagallo, afrimaba que Ronaldo, ahora en su mejor nivel futbolístico, puede hacer la diferencia en el partido de Fráncfort. Zagallo evitó comparaciones entre la crisis que sufrió Ronaldo horas antes de la final de 1998 con el partido del próximo sábado. "Son competiciones totalmente distintas. Ronaldo tuvo un problema de salud (en la final de hace ocho años) y ahora él va a jugar entero. Quien sabe si él no va a ser la diferencia", manifestó.
"Francia no tuvo nada que ver con lo que pasó con nosotros", dijo Zagallo, campeón como jugador en los mundiales de 1958 y 1962, y desde el banco en los de 1970 y 1994. "Eso (el problema de salud de Ronaldo) abatió a nuestro equipo. Ahora tenemos un equipo sólido", manifestó. La historia común de Brasil y Francia se resume en siete enfrentamientos, con tres victorias para los europeos y dos para los suramericanos. La última victoria de los brasileños se registró hace casi catorce años, por 2-0, en un partido amistoso celebrado el 26 de agosto de 1992 en el estadio Parque de los Príncipes. Carlos Alberto Parreira era también el técnico.