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Reyes y Diarra acaban con el sufrimiento ante el Mallorca y dan al Madrid el título de Liga (3-1)

Pintaba muy negro en el Bernabéu: el Mallorca estaba dando la sorpresa con el gol de Varela, Van Nistelrooy se lesionaba y el Barcelona cumplía con creces en Tarragona. Pero el Real Madrid tiró de casta y fe en la segunda parte y, merced a los goles de Reyes, por partida doble, y Diarra terminaba dándole la vuelta a la situación para acabar venciendo al conjunto de Gregorio Manzano y, lo que es más importante, conquistar su trigésimo título de Liga. La fiesta ha sido grande en el Bernabéu, de donde Roberto Carlos y Beckham han salido por la puerta grande.

Así les hemos narrado el Real Madrid-Mallorca
Pintaba muy negro en el Bernabéu: el Mallorca estaba dando la sorpresa con el gol de Varela, Van Nistelrooy se lesionaba y el Barcelona cumplía con creces en Tarragona. Pero el Real Madrid tiró de casta y fe en la segunda parte y, merced a los goles de Reyes, por partida doble, y Diarra terminaba dándole la vuelta a la situación para acabar venciendo al conjunto de Gregorio Manzano y, lo que es más importante, conquistar su trigésimo título de Liga. La fiesta ha sido grande en el Bernabéu, de donde Roberto Carlos y Beckham han salido por la puerta grande.
(Libertad Digital) Era el día señalado para el lucimiento personal del lateral brasileño y el centrocampista inglés, pero el protagonismo ha terminado recayendo en Reyes. Y también en Diarra porque el mediocentro de Mali, que había firmado un partido mediocre y había recibido los pitos de la grada, terminó convirtiendo el gol de la remontada para firmar una de las tragicomedias más delirantes que se recuerdan en Chamartín. En una Liga apasionante, el conjunto de Capello encontró la fórmula para que el título sea uno de los más recordados de su historia reciente, por las dosis de emoción y los tintes dramáticos que adquirió en muchas fases, incluso cuando los aficionados veían ya asomar los fantasmas de Tenerife.
 
Y el capítulo final de la historia no podía defraudar a la tensión vivida en los últimos tres meses porque el Real Madrid arriesgó el título en un partido lamentable durante una hora de juego y que arregló en el último suspiro sin ni siquiera encontrar un motivo futbolístico para ello porque el cuadro madridista ganó desde la fe, desde el orgullo de vestir esa camiseta y sobre todo desde el convencimiento de que la Liga le pertenecía. El Mallorca fue un actor secundario de lujo, merecedor del 'oscar' por su interpretación en el coliseo merengue. Los de Manzano jugaron un excelente partido de inicio, y ya en el primer minuto habían 'tanteado' el corazón de la afición blanca. Ni siquiera se había adecentado la grada del coliseo madridista cuando Arango disparó al palo. Al cuarto de hora, el venezolano le metió un pase de lujo a Varela que el ex jugador del Betis aprovechó para firmar un soberbio gol.

Todo era negro para el Madrid. El peor escenario, jamás imaginado por la afición del Madrid planeaba sobre el Bernabéu, sabiendo que el Barcelona ganaba en Tarragona. La Liga, en ese momento, estaba perdida. Era entonces un Real Madrid nervioso, que concedía excesivas facilidades en defensa, especialmente por el flanco izquierdo en el que un Jonás de potente zancada desarmaba la zaga meregue. Además, la medular de los de Capello desataba la ira del público. Diarra, por el que tanto se había luchado durante la semana, y Emerson no participan en la elaboración y además no ofrecían resistencia alguna al juego aseado y cómodo de los baleares. El equipo blanco pronto centró sus recursos en los centros de Beckham y los balones largos de Roberto Carlos, pero ambos perdieron su referencia más evidente, Van Nistelrooy. El jugador más letal y decisivo de los locales abandonaba el campo lesionado y el partido adquiría ya tintes dramáticos para los locales porque el Barça goleaba además en Tarragona.
 
Los argumentos ofensivos del Real Madrid eran los de toda la temporada, apenas reales, más bien fuegos de artificio como los de Robinho, un jugador sin poso futbolístico. Con ese panorama, la única apuesta de Capello era de la de Guti, y el canterano salió tras el descanso. La excelencia del zurdo tampoco pudo variar la dinámica del juego de los suyos, muy atascados en ataque y sin saber de que color eran las manoplas de Moyá. Capello arriesgó retirando a Beckham para dar entrada a Reyes, y el sevillano respondió con el tanto que daba esperanzas a los blancos. Una buena jugada de Robinho,con un pase interior a Higuaín terminaba con asistencia del argentino para que Reyes convirtiera el empate. Un estallido recorrió el Santiago Bernabéu y la grada volvió a creer en la Liga. Era ya un partido roto, con el equipo blanco a la desesperada, con coraje y fe, pero sin fútbol.
 
Y en ese ambiente, en el que es necesario el espíritu y el orgullo, el Real Madrid siempre se ha desenvuelto a la perfección, y Diarra, de cabeza, giraba los acontecimientos a la salida de un saque de esquina. Era la locura en el Bernabéu, una nueva remontada y ahora sí el público cantaba el alirón, un alirón que se hizo perfectamente visible cuando Reyes cerró el partido con un golazo de bellísima factura. Terminaba la historia de una Liga increíble en la que el Real Madrid se consagra campeón con los valores que siempre han marcado su historia.
 
 
Ficha técnica del partido

Real Madrid, 3: Casillas; Míchel Salgado, Sergio Ramos, Cannavaro, Roberto Carlos; Emerson (Guti, m.46), Diarra, Beckham (Reyes, m.65), Robinho; Raúl y Van Nistelrooy (Higuaín, m.32)
RCD Mallorca, 1: Moyá; Héctor, Nunes (Ramis, m.35), Ballesteros, Navarro; Pereyra (Trejo, m.89), Basinas, Varela, Jonás; Arango y Víctor (Maxi López, m.66)

Goles: 0-1, m.16. Varela, a pase de Arango; 1-1, m.67: Reyes culmina un servicio de Higuaín; 2-1, m.79: Diarra, de cabeza; 3-1, m.82: Reyes, desde fuera del área
Árbitro: Muñiz Fernández (Colegio asturiano). Mostró tarjeta amarilla a Víctor (m.18), Jonás (m.27), Ballesteros (m.80) y Maxi López (m.81), por parte del Mallorca; y a Roberto Carlos (m.59), Guti (m.69), Reyes (m.71) y Míchel Salgado (m.85), por el Real Madrid
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima octava y última jornada de Liga en Primera División disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 80.000 espectadores. Lleno. Van Nistelrooy se retiró lesionado con un problema en la parte trasera del muslo izquierdo

 

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