L D (EFE) La temporada 2007 de Fórmula Uno ha estado marcada por el protagonismo de los despachos de la FIA. El caso de espionaje de McLaren a Ferrari, las numerosas sanciones a pilotos y la última reclamación de la escudería anglo-alemana contra BMW, Williams y Renault en el Gran Premio de Brasil, cuestión sobre la que se pronunciará el jueves que viene la organización internacional.
El último caso, de momento, es el del presunto espionaje de Renault a McLaren. Se resolverá el seis de diciembre en Mónaco. Hasta entonces, las investigaciones extradeportivas pueden planear sobre la competición, puesto que la marca francesa no ha confirmado a sus pilotos para el año que viene y ha hecho una oferta a Fernando Alonso, cuyo fichaje puede verse retrasado o anulado, según cómo acabe este tema.
La escudería francesa se ha defendido de las acusaciones de espionaje a Mercedes-McLaren. Reconoce haber accedido a datos de su rival a través del ingeniero tránsfuga Phil Mackereth, pero niega haber utilizado sus ideas en el monoplaza. Sin embargo, los informes fueron vistos por compañeros del equipo. Renault es tajante: “En ningún caso fueron utilizados para inspirar la concepción del monoplaza de Renault”.
Ésta permitió comprobar que el ingeniero tránsfuga había informado a varios de sus colegas de los datos que tenía de McLaren a través de diseños del interior del depósito de combustible, la caja de cambios, un compensador de masas y un sistema de amortiguación de suspensión, relató Renault. "Los ingenieros implicados afirmaron que, tras haber visto brevemente los diseños, ninguna de esas informaciones fue utilizada para inspirar la concepción del monoplaza de Renault en ninguna de sus formas", afirmó la marca francesa. Renault, además, indica que el compensador de masas "carecía de interés" desde que fue prohibido por la FIA y recordó que el sistema de suspensión de McLaren fue objeto de una "aclaración" por parte de la Federación.
La marca francesa dice que colabora con la anglo-alemana y con la FIA en este caso "hasta el punto de invitar a un organismo independiente elegido por McLaren con el fin de inspeccionar sus sistemas informáticos, sus coches y sus informes de concepción para demostrar que se trataba de un incidente desafortunado sin ninguna influencia en el diseño de sus monoplazas".