L D (EFE) Alberto Herreros, un habitual en las circunstancias extremas, saldó las cuentas que tenía consigo mismo por fallar un triple clave en la Copa del Rey frente al Barcelona ante el Metis Varese, otro adversario histórico del Real Madrid, sometido por la muñeca del capitán blanco y la excelente actuación de Roberto Núñez.
El mítico Varese, el equipo ante el que Pedro Ferrándiz inventó la auto-canasta, tuvo el pase a semifinales en la mano durante gran parte del choque, pero no contó con Herreros ni con Núñez. Ahora le queda el argumento de saber que permanece invicto como local en la Copa ULEB y que, al fin y al cabo, la renta española apenas significa nada. Quizá por el efecto Copa del Rey, quizá por mala suerte, pero el caso es que los blancos han sufrido de lo lindo para lograr siquiera la victoria. El resultado, después de todo, anuncia sufrimiento para los madrileños la próxima semana.
Pese a perder sólo por ocho puntos ante un potente equipo como el Zeleznik, el Joventut ha jugado un partido flojo. El espíritu de la Copa del Rey -el que permitió a la Penya jugar la final ante el Tau Cerámica- debió quedarse en Sevilla y el DKV ha vuelto a mostrar su juego irregular de toda la temporada. Los serbios salieron a la cancha más concentrados y pronto se pusieron por delante en el marcador. Sin embargo, la Penya supo sobreponerse gracias a los puntos de Radulovic, que tomó el relevo de Tabak en la anotación. Dos triples consecutivos de Rudy Fernández provocaron una pequeña reacción del Joventut que dejó la diferencia en 10 puntos al final del tercer cuarto. Sin hacer un gran partido, los verdinegros lograron maquillar el resultado en los últimos minutos.