(Libertad Digital) Para el Real Madrid, era fundamental dar un golpe en la mesa después de que Villarreal, Valencia y Barcelona lo pasaran en la clasificación tras la jornada de este miércoles. El partido se prestaba a la exhibición, pero acabó en calvario y milagrosa resurrección.
Schuster volvió a retocar su defensa, la zona más castigada por las inoperantes rotaciones. Torres tampoco fue solución en el lateral derecho, donde Ramos es el único que ha rendido. Colocó al sevillano en el centro con Cannavaro y ubicó a Heinze en la banda izquierda. Diarra dejó en el banquillo a Gago, a quien no le valió su buena actuación ante el Werder Bremen para ser titular. El africano no termina de entrar por los ojos con su fútbol.
Tampoco Saviola e Higuaín, los dos que acompañaron a Raúl arriba. No son hombres de banda, pero tuvieron la ilógica misión de abrir el campo cuando Robben y Robinho calentaban banquillo. De Sneijder y Guti habría que hacer capítulo aparte, pues dan una de cal y otra de arena cada vez que les llega la pelota a los pies. A favor del holandés cabe decir que tuvo que jugar escorado a la izquierda, sitio antinatural para sus cualidades. El madrileño, por su parte, estuvo perdido, bien tapado siempre, aunque luchó por encontrar sitio y recibir.
Pero es que Héctor Cúper había plantado bien a su equipo sobre el césped. Colocó a Melli en el lateral derecho en vez de Ilic y situó a Vega en la izquierda, donde debería haber estado Babic. Somoza y Juande formaron un doble pivote fuerte, con las espaldas bien cubiertas por los armarios Rivas y Juanito. El Madrid, sin bandas, fue tragado una y otra vez por el embudo.
Y eso que Raúl se las puso canutas durante todo el partido a la zaga. Recibía en posiciones cómodas y, cuando no, se las ingeniaba para sacar un peligroso remate. Como el de siempre, pícaro, atento, aunque sólo estuvo certero en el penalti de la segunda mitad. Él mismo lo provocó, aunque el árbitro anuló así el tanto de Robinho. Minutos antes, Schuster había impuesto la lógica al meter en el campo a sus dos únicos extremos naturales de la convocatoria: el brasileño y Robben. Ambos le dieron otro ritmo al partido y el Madrid, ya sin un autobús en el área, abrió el esternón bético, aunque sin mucha fortuna.
De hecho, el Betis había tenido muchas ocasiones para marcar. De todos los colores, sabores y tamaños. Pero Casillas, la madera y la mala puntería fueron, como casi siempre, sus peores aliados. Tuvieron hasta la ayuda de la defensa blanca, como en el minuto 33, cuando Mark González falló ante Casillas y Sobis envió el rechace a la grada. Antes del descanso, la madera le sacó un cabezazo a Rivas y Casillas tuvo al menos dos ocasiones más para lucirse. De haber conectado alguna de estas, el Madrid no hubiera tenido tan fácil el retener los tres puntos.
Ya después de Raúl, el Betis perdió entereza. Diarra les regaló un balonazo al palo en su propia acción de despeje y Mark González sacó astillas de la cruceta. Al Madrid le anularon bien un tanto de Robben, pero nada pudieron hacer para evitar que la espectacular chilena de Baptista entrara en la portería y sentenciara el liderato blanco.
Real Madrid, 2 : Iker Casillas; Miguel Torres, Sergio Ramos, Cannavaro, Heinze; Diarra, Sneijder (Baptista, m.79), Guti, Higuaín (Robinho, m.59); Raúl y Saviola (Robben, m.59)
Real Betis, 0 : Ricardo; Melli, Rivas, Juanito, Fernando Vega; Odonkor (Xisco, m.72), Somoza, Juande, Mark González (Caffa, m.85); Sobis y Edu
Goles: 1-0, m.66: Raúl, de penalti. 2-0, m.85, Baptista
Árbitro: Pérez Lasa (colegio vasco). Mostró tarjeta amarilla al local Cannavaro (m.73) y a los visitantes Melli (m.88) y Juande (m.89)
Incidencias: partido correspondiente a la quinta jornada de la Primera división disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 65.000 espectadores