L D (EFE) Rasmussen, de 33 años y dos veces rey de la montaña, firmó una de sus clásicas hazañas que le acreditan como un escalador descomunal. Coronó en cabeza las tres cumbres destacadas de la jornada reina de los Alpes y entró en campeón con un tiempo de 4h.49.40. Aventajó en 2.47 a Iban Mayo (Saunier), que vuelve a su mejor nivel y en 3.12 a Alejandro Valverde (Caisse).
Un grupo con Alberto Contador (Discovery), que estuvo fantástico, Cadel Evans (Predictor), Franck Schleck (CSC) y Andrei Kashechkin (Astana) y el francés Moreau cruzó la línea a 3.13. Después, a 3.35 Carlos Sastre (CSC) junto a Menchov y en poco menos de 4 minutos Juanjo Cobo (Saunier), Haimar Zubeldia (Euskaltel) y Leipheimer (Discovery). Pereiro (Caisse) perdió 4.13 y el principal favorito, Alexandre Vinokourov, a 4.29, lo mismo que su compañero Kloden.
El líder, Linus Gerdemann le cedió la prenda dorada a Rasmussen, de 33 años, un ex campeón mundial de BTT que cosechó su tercera etapa en el Tour. Ya sobrevoló sobre Mulhouse y La Toussuire en las dos últimas ediciones. Y la general se llenó de españoles. Mayo es tercero a 2.39, Valverde cuarto a 2.51 y Contador octavo a 3.10 dentro del top ten. Entre los 20 primeros aparecen Sastre, Pereiro, Beltrán, Zubeldia, Gárate y Arroyo. El alemán Linus Gerdemann escolta a Rasmussen a 43 segundos.
Un día festivo para los españoles y agrio para Vinokourov, que junto a Kloden sufrió las consecuencias de las heridas sufridas en camino de Autun. El kazako está en el puesto 22 de la general a 5.23 del líder y a 2.32 de Valverde, su rival número 1 y ya con más claridad el líder indiscutible del Caisse D'Epargne. La etapa ofreció al fin batalla entre los grandes, pero hasta entonces hubo otros protagonistas. El Col de Roselend presentó el primer examen serio del Tour, una interminable pared de 20 kilómetros cuyo honor de conquistarlo correspondió a Rasmussen, alias "el pollo", doble vencedor del maillot de lunares que distingue al rey de la montaña.
El corredor del Rabobank, fiel a su filosofía de "que me siga quien pueda", salió del grupo principal en este ascenso, subió como un obús, alcanzó al grupo de 18 que iba en fuga y se marchó en busca de la cumbre junto a Toni Colom (Astana), David Arroyo, el austríaco Kohl, el francés Goubert (Ag2r) y el australiano Rogers. En el descenso, con la cuadrilla de favoritos a 5.10, Arroyo dio un susto de infarto cuando cayó por encima del quitamiedos hacia un pequeño precipicio, de escasos metros. De fuerte chasis, el talaverano escaló por la pendiente vegetal y se volvió a subir a la bicicleta. Son las cosas inexplicables de este sacrificado deporte.
En el puerto inédito del Hauteville (15,3 kms al 4,7 por ciento) Rasmussen siguió mostrando un ánimo muy espumoso. Un cambio de ritmo redujo el grupo de vanguardia a tres unidades, incluidos Toni Colom y Arroyo, éste como nuevo después del percance. Ambos coronaron a rebufo del danés sin dar un solo relevo en toda la subida. Los favoritos y el líder seguían su viaje a 6.10. El Hauteville fue hostil con los australianos, pues O'Grady (CSC) se retiró con fractura de clavícula y Rogers tomó el camino de casa.
La pancarta que indicaba el comienzo del ascenso definitivo a Tignes (18 kms al 5,4 por ciento) fue como una descarga eléctrica para el ultraligero Rasmussen. Se fue como quiso, con un simple acelerón que hundió primero a Arroyo y luego a Colom. Ya sería imparable. En la otra etapa, el francés Moreau dinamitó el grupo de favoritos a base de ataques repetidos. Respondieron Mayo, Valverde, Alberto Contador, Frank Schleck, Evans y Kashechkin. Vinokourov quedó cortado en el grupo de Sastre y Kloden, en apuros.
En el sálvese quien pueda "Vino" quedó descolgado y el restó voló hacia meta, aunque no hubo ni un solo relevo a Moreau para intentar machacar al líder del Astana. Mayo saltó hacia la segunda plaza y Valverde acabó con una demostración de fuerza muy esperanzadora. Fue la estampida general contra el rival débil.
En meta Rasmussen se probaba el maillot amarillo, sin grandes alardes de euforia. "El pollo es así, de hablar poco y de escalar mundo. Como nadie". Los corredores disfrutarán este lunes de la primera jornada de descanso después de dos etapas alpinas y la más dura por llegar, la que se disputará el martes con el Iserán y el Galibier como testigos.
Un grupo con Alberto Contador (Discovery), que estuvo fantástico, Cadel Evans (Predictor), Franck Schleck (CSC) y Andrei Kashechkin (Astana) y el francés Moreau cruzó la línea a 3.13. Después, a 3.35 Carlos Sastre (CSC) junto a Menchov y en poco menos de 4 minutos Juanjo Cobo (Saunier), Haimar Zubeldia (Euskaltel) y Leipheimer (Discovery). Pereiro (Caisse) perdió 4.13 y el principal favorito, Alexandre Vinokourov, a 4.29, lo mismo que su compañero Kloden.
El líder, Linus Gerdemann le cedió la prenda dorada a Rasmussen, de 33 años, un ex campeón mundial de BTT que cosechó su tercera etapa en el Tour. Ya sobrevoló sobre Mulhouse y La Toussuire en las dos últimas ediciones. Y la general se llenó de españoles. Mayo es tercero a 2.39, Valverde cuarto a 2.51 y Contador octavo a 3.10 dentro del top ten. Entre los 20 primeros aparecen Sastre, Pereiro, Beltrán, Zubeldia, Gárate y Arroyo. El alemán Linus Gerdemann escolta a Rasmussen a 43 segundos.
Un día festivo para los españoles y agrio para Vinokourov, que junto a Kloden sufrió las consecuencias de las heridas sufridas en camino de Autun. El kazako está en el puesto 22 de la general a 5.23 del líder y a 2.32 de Valverde, su rival número 1 y ya con más claridad el líder indiscutible del Caisse D'Epargne. La etapa ofreció al fin batalla entre los grandes, pero hasta entonces hubo otros protagonistas. El Col de Roselend presentó el primer examen serio del Tour, una interminable pared de 20 kilómetros cuyo honor de conquistarlo correspondió a Rasmussen, alias "el pollo", doble vencedor del maillot de lunares que distingue al rey de la montaña.
El corredor del Rabobank, fiel a su filosofía de "que me siga quien pueda", salió del grupo principal en este ascenso, subió como un obús, alcanzó al grupo de 18 que iba en fuga y se marchó en busca de la cumbre junto a Toni Colom (Astana), David Arroyo, el austríaco Kohl, el francés Goubert (Ag2r) y el australiano Rogers. En el descenso, con la cuadrilla de favoritos a 5.10, Arroyo dio un susto de infarto cuando cayó por encima del quitamiedos hacia un pequeño precipicio, de escasos metros. De fuerte chasis, el talaverano escaló por la pendiente vegetal y se volvió a subir a la bicicleta. Son las cosas inexplicables de este sacrificado deporte.
En el puerto inédito del Hauteville (15,3 kms al 4,7 por ciento) Rasmussen siguió mostrando un ánimo muy espumoso. Un cambio de ritmo redujo el grupo de vanguardia a tres unidades, incluidos Toni Colom y Arroyo, éste como nuevo después del percance. Ambos coronaron a rebufo del danés sin dar un solo relevo en toda la subida. Los favoritos y el líder seguían su viaje a 6.10. El Hauteville fue hostil con los australianos, pues O'Grady (CSC) se retiró con fractura de clavícula y Rogers tomó el camino de casa.
La pancarta que indicaba el comienzo del ascenso definitivo a Tignes (18 kms al 5,4 por ciento) fue como una descarga eléctrica para el ultraligero Rasmussen. Se fue como quiso, con un simple acelerón que hundió primero a Arroyo y luego a Colom. Ya sería imparable. En la otra etapa, el francés Moreau dinamitó el grupo de favoritos a base de ataques repetidos. Respondieron Mayo, Valverde, Alberto Contador, Frank Schleck, Evans y Kashechkin. Vinokourov quedó cortado en el grupo de Sastre y Kloden, en apuros.
En el sálvese quien pueda "Vino" quedó descolgado y el restó voló hacia meta, aunque no hubo ni un solo relevo a Moreau para intentar machacar al líder del Astana. Mayo saltó hacia la segunda plaza y Valverde acabó con una demostración de fuerza muy esperanzadora. Fue la estampida general contra el rival débil.
En meta Rasmussen se probaba el maillot amarillo, sin grandes alardes de euforia. "El pollo es así, de hablar poco y de escalar mundo. Como nadie". Los corredores disfrutarán este lunes de la primera jornada de descanso después de dos etapas alpinas y la más dura por llegar, la que se disputará el martes con el Iserán y el Galibier como testigos.