L D (EFE) Rasmussen, señalado por la organización del Tour como "sospechoso", ha ganado su segunda etapa de la presente edición haciendo honor a sus dotes de inmenso escalador, en otro mano a mano con Contador, a quien obligó a hincar la rodilla con un demarraje incontestable en el último kilómetro, después de aguantar un par de ataques lejanos del madrileño. El líder, que fue víctima de un picotazo de abeja en el labio, coronaba la larga etapa de 218 kilómetros que salió de Orthez con polémica y llegaba a la cima del mítico Aubisque en solitario, eufórico, con un tiempo de seis horas, 23 minutos y 21 segundos, a una media de 34,20 kilómetros por hora.
El todo o nada le salió cruz a Alberto Contador. "He perdido el Tour y felicito a Rasmussen. Prometí atacar y es lo que hice. Ahora, a mantener el segundo puesto", decía el ciclista de Pinto. Cadel Evans (CSC) no estuvo en la pomada en la hora de la verdad, subió a tirones y llegó a la cima a 43 segundos de Rasmussen, precediendo al colombiano Mauricio Soler. Los españoles volvieron a brillar, con buenas prestaciones de Haimar Zubeldia, Carlos Sastre, Juan José Cobo y Alejandro Valverde, todos ellos entre los diez primeros.
Rasmussen, abucheado en la salida y en todo el trayecto, afirmó que "aún faltan muchos kilómetros para París" y se mostró cauto ante la contrarreloj del sábado. Pero lo cierto es que ha dado un paso decisivo para subir a lo más alto del podio en París, donde la sospecha le recibirá con los brazos abiertos. Para disgusto de la organización, que no sabe por donde hincarle el diente al 'pollo'. Contador queda a 3:10 minutos, un poco lejos de su sueño juvenil. Evans defenderá el tercer escalón del podio a 5:03, mientras que Leipheimer, desde la cuarta plaza a 5:39, intentará desbancar al corredor de la antípodas.
El todo o nada le salió cruz a Alberto Contador. "He perdido el Tour y felicito a Rasmussen. Prometí atacar y es lo que hice. Ahora, a mantener el segundo puesto", decía el ciclista de Pinto. Cadel Evans (CSC) no estuvo en la pomada en la hora de la verdad, subió a tirones y llegó a la cima a 43 segundos de Rasmussen, precediendo al colombiano Mauricio Soler. Los españoles volvieron a brillar, con buenas prestaciones de Haimar Zubeldia, Carlos Sastre, Juan José Cobo y Alejandro Valverde, todos ellos entre los diez primeros.
Rasmussen, abucheado en la salida y en todo el trayecto, afirmó que "aún faltan muchos kilómetros para París" y se mostró cauto ante la contrarreloj del sábado. Pero lo cierto es que ha dado un paso decisivo para subir a lo más alto del podio en París, donde la sospecha le recibirá con los brazos abiertos. Para disgusto de la organización, que no sabe por donde hincarle el diente al 'pollo'. Contador queda a 3:10 minutos, un poco lejos de su sueño juvenil. Evans defenderá el tercer escalón del podio a 5:03, mientras que Leipheimer, desde la cuarta plaza a 5:39, intentará desbancar al corredor de la antípodas.
Sentada de los equipos franceses y alemanes al inicio
La etapa reina era destronada por el tema que sacude los cimientos del Tour y del ciclismo desde la víspera, con el positivo de Alexandre Vinokourov y el éxodo precipitado del Astana, que no tomó la salida. En plena resaca la UCI anunció que había suelto otro tramposo, y éste, de nombre Cristian Moreni (Cofidis) y nacionalidad italiana, llegaba a la meta con la marca de la testosterona en su haber. Mientras el Tour hacía juegos malabares para tratar de hablar de ciclismo, empezó la etapa con una sentada de los equipos franceses y alemanes reclamando juego limpio. Echa la foto del acto tomaron la palabra aquello que aún tienen que justificar su presencia en la 'Grande Boucle'.
Los españoles se pusieron manos a la obra. En el Port de Larrau (categoría especial, de 14,7 kilómetros y desniveles al 8,1 por ciento), Chente García Acosta (Caisse d'Epargne) fue el primero en entrar en Navarra, acompañado de Gorka Verdugo (Euskaltel), ambos en la escapada que nació en el kilómetro 8. En el descenso aumentó el grupo de vanguardia a siete, ya que se unieron Sastre, Mayo, Soler, Augé y Rinero. En el Col de la Pierre Saint Martin (primera categoría) el grupo mantuvo la armonía, aunque la diferencia se iba aminorando, ya que el equipo del líder atizaba duro para estabilizar la fuga.
En la Marie Blanque (primera) el grupo cien por cien hispano pasó con 2:20 de ventaja y se presentó al pie del Aubisque con apenas un minuto. Los 'gallos' iban a entrar en escena. El ucraniano Popovych puso ritmo para Contador y Leipheimer y enseguida cayeron los actores secundarios, los Valverde, Pereiro, Sastre -el héroe anónimo de la jornada-, Zubeldia, Cobo y compañía. A 9 kilómetros de meta arrancó Contador, pero sin la fuerza de Plateau de Beille. Rasmussen ni se inmutó, igual que cuando en rueda de prensa le preguntan por el dopaje. Dos kilómetros después, otro latigazo del español acabó con Evans, pero el líder allí seguía, a la expectativa. El duelo final fue a tres, pues Leipheimer se incrustó entre Rasmussen y Contador. Dos del Discovery contra el señor de amarillo, que acabó imponiendo su ley.
La decimoséptima etapa sale de los Pirineos para entrar en las grandes llanuras. El recorrido, de 188,5 kilómetros, unirá Pau y Castelsarrasin. Seis tachuelas de cuarta categoría no deberían impedir una llegada al esprint.
Los españoles se pusieron manos a la obra. En el Port de Larrau (categoría especial, de 14,7 kilómetros y desniveles al 8,1 por ciento), Chente García Acosta (Caisse d'Epargne) fue el primero en entrar en Navarra, acompañado de Gorka Verdugo (Euskaltel), ambos en la escapada que nació en el kilómetro 8. En el descenso aumentó el grupo de vanguardia a siete, ya que se unieron Sastre, Mayo, Soler, Augé y Rinero. En el Col de la Pierre Saint Martin (primera categoría) el grupo mantuvo la armonía, aunque la diferencia se iba aminorando, ya que el equipo del líder atizaba duro para estabilizar la fuga.
En la Marie Blanque (primera) el grupo cien por cien hispano pasó con 2:20 de ventaja y se presentó al pie del Aubisque con apenas un minuto. Los 'gallos' iban a entrar en escena. El ucraniano Popovych puso ritmo para Contador y Leipheimer y enseguida cayeron los actores secundarios, los Valverde, Pereiro, Sastre -el héroe anónimo de la jornada-, Zubeldia, Cobo y compañía. A 9 kilómetros de meta arrancó Contador, pero sin la fuerza de Plateau de Beille. Rasmussen ni se inmutó, igual que cuando en rueda de prensa le preguntan por el dopaje. Dos kilómetros después, otro latigazo del español acabó con Evans, pero el líder allí seguía, a la expectativa. El duelo final fue a tres, pues Leipheimer se incrustó entre Rasmussen y Contador. Dos del Discovery contra el señor de amarillo, que acabó imponiendo su ley.
La decimoséptima etapa sale de los Pirineos para entrar en las grandes llanuras. El recorrido, de 188,5 kilómetros, unirá Pau y Castelsarrasin. Seis tachuelas de cuarta categoría no deberían impedir una llegada al esprint.