L D (EFE) Ni el propio Jordi Arrese, capitán del conjunto hispano, podría soñar la pasada noche que el triunfo estaría tan al alcance de sus manos. Todo gracias a la victoria de Moyá sobre Mardy Fish, por 6-4, 6-2 y 6-3 en una hora y 57 minutos, y la más importante, la de Rafael Nadal ante Andy Roddick, por 6-7 (6), 6-2, 7-6 (6) y 6-2 en tres horas y 38 minutos. Los esquemas se han cumplido y la decisión de sustituir a Juan Carlos Ferrero por el jovencísimo manacorí ha surtido efecto en la estrategia del conjunto que capitanea Patrick McEnroe. Moyá, el hombre que ha puesto la ilusión de su vida en esta final, no falló en el crucial primer partido. Y eso que comenzó con una desventaja de 3-0 en el primer parcial, cuando Fish jugó todo lo que sabía en tierra para crear algo de incertidumbre en la contienda.
El ex campeón de Roland Garros rompió seis veces consecutivas el servicio de Fish para dejar finiquitado un duelo en el que el americano cometió el error de provocar a "Charly" con un intencionado disparo al cuerpo del mallorquín, que puso al público en su contra. Con esa victoria, Moyá igualaba 2-2 sus enfrentamientos contra Fish con quien había perdido en los dos últimos encuentros, todos en pista dura, en 2003, y daba la suficiente confianza a Nadal para salir a luchar contra Roddick en un duelo apasionante. Y Nadal no falló, y en un partido trepidante se impuso a Roddick como a él le gusta, con garra, con pundonor, haciendo piruetas en el aire con el puño en alto, disfrutando y a punto de convertirse en el más joven ganador en la historia de esta competición.
Roddick no se lo puso fácil, pues el de Nebraska, ya en el primer juego envió un servicio a 239 kilómetros por hora, y durante el partido conectó 11 directos. Su saque, a una media de 211 kilómetros por hora, era dinamita, incluso en la pesada pista central, impregnada por la humedad de las lluvias de estos días. Pero Nadal jugó de forma inteligente. Había que desgastar al número uno americano con interminables peloteos, con cambios de ritmo y con endiablados cruces. Roddick no obstante hizo alarde de su sangre fría y de un carácter ganador envidiable, pues en el primer desempate anuló una ventaja de Nadal de 5-2 y no se arrugó cuando el manacorí dispuso de 5-4 y dos servicios. El americano se hizo con este parcial a base de garra en 71 minutos por 8-6.
La derrota en este acto no hizo más que proporcionar más coraje a Nadal que en solo 34 minutos se rehizo para ganar el segundo. En el tercer set Nadal desperdició dos puntos de set en el duodécimo juego, cuando Roddick se jugó el todo por el todo subiendo a la red incluso con segundos servicios, demostrando que no es un jugador mediocre, y forzando el desempate. Ahí se cambiaron las tornas y si Andy dispuso de un punto de set (6-5) ésta vez fue Rafael el que se rehizo para ganar tres consecutivos y llevárselo a su bolsillo. Eran momentos en los que Roddick estaba ya roto de piernas, y aplaudía los golpes enrabietados del español que apenas tuvo que esforzarse en el cuarto set para liquidar a un rival ya entregado. Las dos victorias colocan al equipo español al borde de la gloria. Este sábado a partir de las 16:00 horas se disputará el partido de dobles entre Tommy Robredo-Rafael Nadal y Mike y Bob Bryan, en teoría favorable a los americanos, pero con la moral española en lo más alto.
El ex campeón de Roland Garros rompió seis veces consecutivas el servicio de Fish para dejar finiquitado un duelo en el que el americano cometió el error de provocar a "Charly" con un intencionado disparo al cuerpo del mallorquín, que puso al público en su contra. Con esa victoria, Moyá igualaba 2-2 sus enfrentamientos contra Fish con quien había perdido en los dos últimos encuentros, todos en pista dura, en 2003, y daba la suficiente confianza a Nadal para salir a luchar contra Roddick en un duelo apasionante. Y Nadal no falló, y en un partido trepidante se impuso a Roddick como a él le gusta, con garra, con pundonor, haciendo piruetas en el aire con el puño en alto, disfrutando y a punto de convertirse en el más joven ganador en la historia de esta competición.
Roddick no se lo puso fácil, pues el de Nebraska, ya en el primer juego envió un servicio a 239 kilómetros por hora, y durante el partido conectó 11 directos. Su saque, a una media de 211 kilómetros por hora, era dinamita, incluso en la pesada pista central, impregnada por la humedad de las lluvias de estos días. Pero Nadal jugó de forma inteligente. Había que desgastar al número uno americano con interminables peloteos, con cambios de ritmo y con endiablados cruces. Roddick no obstante hizo alarde de su sangre fría y de un carácter ganador envidiable, pues en el primer desempate anuló una ventaja de Nadal de 5-2 y no se arrugó cuando el manacorí dispuso de 5-4 y dos servicios. El americano se hizo con este parcial a base de garra en 71 minutos por 8-6.
La derrota en este acto no hizo más que proporcionar más coraje a Nadal que en solo 34 minutos se rehizo para ganar el segundo. En el tercer set Nadal desperdició dos puntos de set en el duodécimo juego, cuando Roddick se jugó el todo por el todo subiendo a la red incluso con segundos servicios, demostrando que no es un jugador mediocre, y forzando el desempate. Ahí se cambiaron las tornas y si Andy dispuso de un punto de set (6-5) ésta vez fue Rafael el que se rehizo para ganar tres consecutivos y llevárselo a su bolsillo. Eran momentos en los que Roddick estaba ya roto de piernas, y aplaudía los golpes enrabietados del español que apenas tuvo que esforzarse en el cuarto set para liquidar a un rival ya entregado. Las dos victorias colocan al equipo español al borde de la gloria. Este sábado a partir de las 16:00 horas se disputará el partido de dobles entre Tommy Robredo-Rafael Nadal y Mike y Bob Bryan, en teoría favorable a los americanos, pero con la moral española en lo más alto.