L D (EFE) Rashid Ramzi dio a su país de adopción, Bahrein, la segunda medalla -segunda de oro- al batir al campeón olímpico, el ruso Yuri Borzakovsky, en la final de 800, rematando un doblete inédito en la historia de los Mundiales. Marroquí de nacimiento, Ramzi venció con una marca de 1:44.24, la mejor de su vida. Borzakovsky llegó segundo en 1:44.51 y el keniano William Yiampoy tercero en 1:44.55. El argelino Djabir Said-Guerni, defensor del título, quedó relegado al quinto puesto con 1:45.31.
La británica Paula Radcliffe, plusmarquista mundial de maratón (2h15:25), olvidó su doble fracaso en los Juegos Olímpicos de Atenas al colgarse su primera medalla en la carrera de 42.195 metros. Radcliffe, de 31 años obtuvo el título mundial con un tiempo de 2h20:57, el mejor en la historia de los campeonatos, seguida de la defensora del título, la keniana Catherine Ndereba (2h22:01), y de la rumana Constantina Tomescu (2h23:19).
En la capital griega Radcliffe abandonó en las dos pruebas que disputó, los 10.000 metros y el maratón, las mismas que atacó aquí en Helsinki. En los 10.000, el primer día de los campeonatos, se clasificó novena, pero advirtió que había sido un "entrenamiento para el maratón". Desde el pistoletazo de salida Radcliffe se puso al frente, bajo la lluvia, y a lo largo de toda la prueba no permitió que nadie se le pusiera por delante.
La británica Paula Radcliffe, plusmarquista mundial de maratón (2h15:25), olvidó su doble fracaso en los Juegos Olímpicos de Atenas al colgarse su primera medalla en la carrera de 42.195 metros. Radcliffe, de 31 años obtuvo el título mundial con un tiempo de 2h20:57, el mejor en la historia de los campeonatos, seguida de la defensora del título, la keniana Catherine Ndereba (2h22:01), y de la rumana Constantina Tomescu (2h23:19).
En la capital griega Radcliffe abandonó en las dos pruebas que disputó, los 10.000 metros y el maratón, las mismas que atacó aquí en Helsinki. En los 10.000, el primer día de los campeonatos, se clasificó novena, pero advirtió que había sido un "entrenamiento para el maratón". Desde el pistoletazo de salida Radcliffe se puso al frente, bajo la lluvia, y a lo largo de toda la prueba no permitió que nadie se le pusiera por delante.
La británica sólo respiró en el km. 27, al tiempo que el sol se abría paso entre las nubes en el área del estadio. La rumana arrojó la toalla y fue rebasada por Ndereba. A partir de ahí, los puestos de medalla no cambiaron.
Benjamín Limo, campeón mundial de 5.000 metros en Edmonton, dio a Kenia la primera medalla de oro en Helsinki al conquistar por segunda vez el título en una carrera que, de manera insólita, tuvo a un blanco, el australiano Craig Mottram, en el podio.
En la final femenina de 1.500, Rusia sacrificó a Yelena Soboleva, que tiró a lo largo de tres vueltas, para encontrar un bello triplete con Tatyana Tomashova, que revalidó su título con 4:00.35, Yuliya Chizhenko (4:00.93) y Olga Yegorova (4:01.46). La sacrificada aún tuvo fuerzas para llegar quinta en 4:02.48.
Yuriy Krymarenko ganó en su último salto, superando el listón en 2,32 metros, la final de altura de menos nivel en la historia de los campeonatos. Sólo en los primeros Mundiales, celebrados en 1983 en este mismo estadio, se ganó con igual marca.
El cubano Víctor Moya, que hasta ese último salto compartía el oro con el ruso Yaroslav Rybakov en 2,29, terminó compartiendo la medalla de plata. Fuera del vencedor, los siete clasificados a continuación saltaron 2,29.
Benjamín Limo, campeón mundial de 5.000 metros en Edmonton, dio a Kenia la primera medalla de oro en Helsinki al conquistar por segunda vez el título en una carrera que, de manera insólita, tuvo a un blanco, el australiano Craig Mottram, en el podio.
En la final femenina de 1.500, Rusia sacrificó a Yelena Soboleva, que tiró a lo largo de tres vueltas, para encontrar un bello triplete con Tatyana Tomashova, que revalidó su título con 4:00.35, Yuliya Chizhenko (4:00.93) y Olga Yegorova (4:01.46). La sacrificada aún tuvo fuerzas para llegar quinta en 4:02.48.
Yuriy Krymarenko ganó en su último salto, superando el listón en 2,32 metros, la final de altura de menos nivel en la historia de los campeonatos. Sólo en los primeros Mundiales, celebrados en 1983 en este mismo estadio, se ganó con igual marca.
El cubano Víctor Moya, que hasta ese último salto compartía el oro con el ruso Yaroslav Rybakov en 2,29, terminó compartiendo la medalla de plata. Fuera del vencedor, los siete clasificados a continuación saltaron 2,29.