L D (EFE) Desde que se lesionó, el central catalán ha seguido un tratamiento clásico en su recuperación, consistente en empezar suavemente con ejercicios, fortalecer los cuádriceps y una progresiva recuperación de la lesión. En una primera fase, estuvo acompañado de unos fisioterapeutas de su confianza, mientras que en la segunda fase de su puesta a punto, estuvo a su lado el fisioterapeuta del club, Juanjo Brau, con quien trabajó intensamente para recuperarse lo antes posible. La lesión de la que acaba de recuperarse el capitán barcelonista es probablemente la más grave que ha sufrido a lo largo de su carrera, aunque ha tenido algún otro contratiempo físico durante estos años.
A finales del año 2000, Puyol estuvo tres meses de baja después de operarse de una osteocondritis (fractura osteocondral) en su rodilla derecha, una lesión que arrastraba desde los Juegos Olímpicos de Sydney. A pesar de que la lesión no le impidió disputar los primeros encuentros de la temporada, Puyol tenía un edema en el cartílago que no se le había detectado y que se rompió en un encuentro de la Copa del Rey ante el Gandía, por lo que fue operado y estuvo tres meses en el dique seco. En la temporada 2003-04, Puyol se fracturó el pómulo izquierdo con hundimiento mínimo durante un Barcelona-Levante, pero fiel a su carácter y espíritu ganador, se recuperó en sólo unas semanas de una lesión con un pronóstico grave, y que le obligó a jugar con una máscara de protección en varios encuentros.
A finales de la misma temporada, se perdió tres partidos por una fuerte contusión abdominal, y poco después de reaparecer, sufrió un esguince grave en el ligamento lateral interno del tobillo derecho en un clásico ante el Madrid, que le supuso estar unas semanas de baja. En 2005, Puyol se lesionó dos veces de consideración con la selección española. Primero sufrió una distensión de ligamentos de grados dos en el tobillo izquierdo durante un partido con la selección española en Belgrado en marzo, que le obligó a estar cerca de un mes de baja. En junio, se hizo una fisura ósea en el tobillo izquierdo al pisarle un jugador de Bosnia que le torció el tobillo, que le alejó cinco semanas de los terrenos de juego.
A finales del año 2000, Puyol estuvo tres meses de baja después de operarse de una osteocondritis (fractura osteocondral) en su rodilla derecha, una lesión que arrastraba desde los Juegos Olímpicos de Sydney. A pesar de que la lesión no le impidió disputar los primeros encuentros de la temporada, Puyol tenía un edema en el cartílago que no se le había detectado y que se rompió en un encuentro de la Copa del Rey ante el Gandía, por lo que fue operado y estuvo tres meses en el dique seco. En la temporada 2003-04, Puyol se fracturó el pómulo izquierdo con hundimiento mínimo durante un Barcelona-Levante, pero fiel a su carácter y espíritu ganador, se recuperó en sólo unas semanas de una lesión con un pronóstico grave, y que le obligó a jugar con una máscara de protección en varios encuentros.
A finales de la misma temporada, se perdió tres partidos por una fuerte contusión abdominal, y poco después de reaparecer, sufrió un esguince grave en el ligamento lateral interno del tobillo derecho en un clásico ante el Madrid, que le supuso estar unas semanas de baja. En 2005, Puyol se lesionó dos veces de consideración con la selección española. Primero sufrió una distensión de ligamentos de grados dos en el tobillo izquierdo durante un partido con la selección española en Belgrado en marzo, que le obligó a estar cerca de un mes de baja. En junio, se hizo una fisura ósea en el tobillo izquierdo al pisarle un jugador de Bosnia que le torció el tobillo, que le alejó cinco semanas de los terrenos de juego.