L D (EFE) El estadio lisboeta de La Luz será escenario de una final inédita e imprevisible al comienzo del campeonato el pasado 12 de junio. La Eurocopa de Portugal echará el cierre con un duelo atípico, pero no por ello exento de atractivos. Suceda lo que suceda, el europeo ha encumbrado a un técnico y a un equipo. El brasileño Luiz Felipe Scolari y Portugal han encandilado a todo el país luso, que ha vibrado con su selección. Comenzó mal la escuadra de Scolari. El tropiezo ante los griegos en el partido inaugural desencadenó una depresión popular. Sin embargo, el camino se enmendó y este domingo Portugal tiene la oportunidad de desquitarse a lo grande de esa amarga derrota.
Scolari tiene ante sí un reto único, pues uniría al título el del pasado Mundial de Japón y Corea 2002 que venció con Brasil, y para jugadores como Luis Figo, Fernando Couto y Rui Costa, que forman parte de la generación de oro del fútbol portugués y que abandonarán la "rojiverde" después del torneo. Especial relevancia tiene el encuentro para Luis Figo, auténtico estandarte de la selección y del país. El madridista es el reclamo del grupo de Scolari en todos los carteles publicitarios. Es el ídolo nacional, hasta el punto de que se le perdonan desplantes como el que protagonizó en el partido de cuartos ante Inglaterra, cuando fue sustituido. Scolari, que alineará a su once de gala, sabe que la clave del éxito está en tener paciencia hasta que llegue el primer tanto. Así se lo ha hecho saber a sus jugadores. Portugal tendrá la pelota.
Esa es la baza con la que jugará Grecia. El seleccionador Otto Rehhagel ha llevado a su equipo a lo más alto sin hacer ruido. Con disciplina y carácter, el técnico alemán ha puesto de moda en la Eurocopa el fútbol defensivo. Juega Grecia con una línea de cuatro hombres en defensa, con otras dos de tres por delante y Charisteas como único punta. El sistema le ha dado resultado hasta el punto de que ha llevado al equipo a su primera final contra todo pronóstico. Un éxito que ha sorprendido a los propios griegos y que ha enaltecido la figura de su veterano técnico. El partido tendrá, además, el morbo de saber si Portugal es capaz de vengar la derrota que sufrió ante los griegos en el partido inaugural.
Rehhagel sólo tendrá la baja del sancionado Giorgios Karagounis, que vio la segunda cartulina amarilla en el partido de semifinales contra la República Checa. Grecia afronta la final sabiendo que no es el favorito, pero tampoco lo era en sus victorias anteriores y pasó por encima de Francia y la República Checa en los cuartos y semifinales del campeonato. Portugal está preparada para una nueva fiesta. Las banderas ondean de nuevo desde las ventanillas de los coches y desde los balcones de los edificios. El clima de un gran partido se palpa en la calle y el estadio de La luz será testigo de un ambiente espectacular, el que protagonicen al menos 35.000 portugueses y 16.000 griegos desde la grada.
Alineaciones probables:
Portugal: Ricardo; Miguel, Carvalho, Andrade, Nuno Valente; Costinha, Maniche, Deco, Figo, Cristiano Ronaldo, Pauleta o Nuno Gomes
Grecia: Nikopolidis; Seitaridis, Kapsis, Dellas, Fyssas, Giannakopoulos, Zagorakis, Basinas, Katsouranis, Vryzas; Charisteas
Árbitro: Markus Merk (ALE)
Estadio: La Luz de Lisboa.
Scolari tiene ante sí un reto único, pues uniría al título el del pasado Mundial de Japón y Corea 2002 que venció con Brasil, y para jugadores como Luis Figo, Fernando Couto y Rui Costa, que forman parte de la generación de oro del fútbol portugués y que abandonarán la "rojiverde" después del torneo. Especial relevancia tiene el encuentro para Luis Figo, auténtico estandarte de la selección y del país. El madridista es el reclamo del grupo de Scolari en todos los carteles publicitarios. Es el ídolo nacional, hasta el punto de que se le perdonan desplantes como el que protagonizó en el partido de cuartos ante Inglaterra, cuando fue sustituido. Scolari, que alineará a su once de gala, sabe que la clave del éxito está en tener paciencia hasta que llegue el primer tanto. Así se lo ha hecho saber a sus jugadores. Portugal tendrá la pelota.
Esa es la baza con la que jugará Grecia. El seleccionador Otto Rehhagel ha llevado a su equipo a lo más alto sin hacer ruido. Con disciplina y carácter, el técnico alemán ha puesto de moda en la Eurocopa el fútbol defensivo. Juega Grecia con una línea de cuatro hombres en defensa, con otras dos de tres por delante y Charisteas como único punta. El sistema le ha dado resultado hasta el punto de que ha llevado al equipo a su primera final contra todo pronóstico. Un éxito que ha sorprendido a los propios griegos y que ha enaltecido la figura de su veterano técnico. El partido tendrá, además, el morbo de saber si Portugal es capaz de vengar la derrota que sufrió ante los griegos en el partido inaugural.
Rehhagel sólo tendrá la baja del sancionado Giorgios Karagounis, que vio la segunda cartulina amarilla en el partido de semifinales contra la República Checa. Grecia afronta la final sabiendo que no es el favorito, pero tampoco lo era en sus victorias anteriores y pasó por encima de Francia y la República Checa en los cuartos y semifinales del campeonato. Portugal está preparada para una nueva fiesta. Las banderas ondean de nuevo desde las ventanillas de los coches y desde los balcones de los edificios. El clima de un gran partido se palpa en la calle y el estadio de La luz será testigo de un ambiente espectacular, el que protagonicen al menos 35.000 portugueses y 16.000 griegos desde la grada.
Alineaciones probables:
Portugal: Ricardo; Miguel, Carvalho, Andrade, Nuno Valente; Costinha, Maniche, Deco, Figo, Cristiano Ronaldo, Pauleta o Nuno Gomes
Grecia: Nikopolidis; Seitaridis, Kapsis, Dellas, Fyssas, Giannakopoulos, Zagorakis, Basinas, Katsouranis, Vryzas; Charisteas
Árbitro: Markus Merk (ALE)
Estadio: La Luz de Lisboa.