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Polémica en Francia tras los silbidos a La Marsellesa en el partido ante Túnez en París

El primer ministro francés, François Fillon, ha pedido que se suspenda un partido de fútbol cuando los espectadores silban un himno nacional, como ocurrió este martes con el francés en el partido Francia-Túnez que se disputó en París. Lo mismo ocurrió cuando la selección gala jugó sendos amistosos ante Argelia en octubre de 2001 y Marruecos en noviembre de 2007. Thierry Henry ha sido más bien ironico: "Era la segunda vez en tres días que jugábamos fuera", en alusión al partido que el sábado habían disputado en Rumanía..

L D (EFE) "Creo que habría que interrumpir los partidos cuando se silban los himnos nacionales, sean los que sean", declaró en una entrevista a la emisora de radio "RTL" Fillon, que consideró que esa acción "es una falta de consideración y de respeto para toda una nación".
 
El jefe del Gobierno subrayó que los organizadores deben "buscar soluciones", y denunció que el incidente "es insultante para Francia, insultante para los jugadores de la selección francesa y eso no es tolerable". "A los que quieren silbar un himno nacional hay que privarlos de los partidos a los que quieran asistir", señaló, al tiempo que lamentaba que la Federación Francesa de Fútbol no hubiera suspendido el encuentro amistoso, que se jugó en el Estadio de Francia ante unos 65.000 espectadores, con un gran número de tunecinos e hijos de inmigrantes en las gradas.
 
La primera reacción oficial del incidente vino de la ministra de Sanidad, Juventud y Deportes, Roselyne Bachelot, y del secretario de Estado de Deportes, Bernard Laporte, que dijeron en un comunicado conjunto que estaban "impactados" por los silbidos a la Marsellesa, "símbolo de la República Francesa". El himno había sido interpretado anoche por la cantante Lââm, de origen tunecino.
 
Bachelot y Laporte pusieron el acento en "los esfuerzos" de las federaciones de fútbol de Francia y Túnez, que "en nombre de la amistad entre los dos países y de los valores del deporte internacional, trataron de prevenir y controlar este tipo de manifestación". Los dos ministros recordaron que los partidos internacionales (Francia ganó por 3-1) "son una ocasión de la unión de todos, jugadores, dirigentes, hinchas, en torno a una misma pasión y valores comunes de respeto y de honor".
 
El capitán del equipo de Francia, Thierry Henry, ironizó sobre el incidente al comentar: "era la segunda vez en tres días que jugábamos fuera", en alusión al partido que el sábado habían disputado en Rumanía. Los silbidos contra la Marsellesa en partidos de la selección francesa jugados en Francia ya habían generado polémica política en otros dos encuentros ante equipos de sendos países del Magreb -de los que hay una amplia comunidad inmigrante en Francia-: Argelia (en octubre de 2001) y Marruecos (en noviembre de 2007).

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