Debemos conseguir valorar correctamente las posibilidades de nuestra mano observando atentamente las posibilidades que ofrece la mesa (board) y asociando esta información con las apuestas que lleven a cabo, además de conocer los precedentes del rival.
Cuando algún rival muestre fuerza en alguna de las calles y dudemos, debemos abandonar corriendo. Si hacemos bien este proceso indispensable para convertirnos en buenos jugadores, descartaremos las manos con duda con el menor gasto sin necesidad de llegar al show down. Cuando nos llegue la mano fuerte ligada, jugaremos de forma agresiva, siguiendo a rajatabla la tercera máxima para rentabilizar las situaciones claras, sin tener que restar grandes pérdidas de las manos dudosas.
Vamos con un vídeo de apoyo.