Pleno español en la Euroliga con las victorias de Real Madrid, Barcelona y Unicaja

(Libertad Digital) Moustapha Sonko y Louis Bullock han impulsado al Real Madrid hasta la frontera de los cuartos de final en la pista del Ulker Estambul, una pesadilla durante todo el último cuarto para el campeón de la ACB, que casi malogró el arduo trabajo realizado hasta entonces para sumar el tercer triunfo continental de la segunda fase y mantener el liderato del Grupo E. Sonko merece un monumento en el vestuario del Madrid. Pero no por los tres triples provindenciales que salvaron el cuello de los suyos, sino por el sacrificio y la intensidad que despliega en defensa. Ante el Ulker adornó su encomiable espíritu de equipo con un acierto ofensivo vital.

 

El francés puso intensidad en defensa y criterio en ataque, pero cuando más apretaba un Ulker lanzado y hasta bronco, capaz de enredarse en escaramuzas poco deportivas con tal de imponerse, sacó la muñeca a pasear. Sonko clavó dos triples de oro con 52-56, primero, y con 54-59. Colocó al Madrid lejos del alcance otomano (54-62) en una situación crítica. El escolta Omer Onan, el base macedonio Vrbica Stefanov y las intermitentes apariciones de Mirsad Turckan frente al aro pusieron al Madrid contra las cuerdas en el último período. Turckan concretó la remontada local con dos tiros libres (63-65, m.36). Sonko estaba a la espera. Volvió a acertar desde los 6,25 (63-68).

El Ulker no se rindió. El húngaro Robert Gulyas, bien controlado toda la noche, apretó la soga (67-68). Era el turno de Bullock. El estadounidense decidió el partido de la primera vuelta ante los turcos con seis de sus veintidós puntos en el último minuto (75-79). En éste, el de la segunda, también fue vital. Clavó el triple primordial (67-71) y, en la última oleada estambulí, con el tanteador en 69-71, le robó el balón a Ibrahim Kutluay. Ahí acabó todo.

 

 

Juan Carlos Navarro, el jugador al que se acogen todos los que sueñan en el Palau Blaugrana con ver a su equipo en la Final Four de Praga, apareció en el último cuarto del partido ante Olympiacos para poner a los azulgrana con un pie en cuartos tras sumar tres victorias en las tres jornadas que se llevan disputadas del temido top-16. El cuadro griego, como el barcelonista, contaba hasta ahora sus partidos por triunfos y, en consecuencia, el encuentro se presumía clave en una hipotética futura lucha por la primera plaza del grupo que, a su vez, otorga la ventaja de pista en el cruce que supondrá el último filtro antes de conocer el nombre de los elegidos para pelear por el título en la República Checa.

El equipo de Dusko Ivanovic tuvo que apretar los dientes desde el principio para plantar cara y rotar el protagonismo sobre la pista para no ponérselo fácil al rival, escondiendo a Juan Carlos Navarro hasta que su aportación fuese exclusivamente necesaria.

 

 

Por su parte, el Unicaja ha conseguido una victoria fundamental para sus aspiraciones en la Euroliga ante el Zalgiris Kaunas que le permite continuar con opciones de entrar en las eliminatorias de cuartos de final, ya que una nueva derrota le habría dejado al borde de la eliminación. El equipo malagueño ha vencido por primera vez a los lituanos, que habían ganado todos los anteriores enfrentamientos. Esta vez los lituanos no fueron el equipo que se esperaba pese a jugar al calor de su público.

El equipo de Sergio Scariolo estuvo contra las cuerdas en el tercer período, pero un parcial de 0-10 le rehabilitó gracias al trabajo del pívot puertorriqueño Daniel Santiago, que se zafó con el estadounidense Tanoka Beard, al que le ganó la partida, y también gracias a los triples en momentos clave de Jorge Garbajosa.