Precisamente, el presidente de la Federación Italiana, Giancarlo Abete, ha dicho que ya cambiaron las normas para permitir que los partidos se detuvieran cuando se produjeran abusos racistas. "El sistema italiano ya otorga a las autoridades la facultad de suspender el choque en el caso de la existencia de pancartas que inciten a la discriminación racial. Vamos a reforzar esto, naturalmente, manteniendo la búsqueda de un equilibrio con los requisitos de seguridad del público", comentaba el máximo dirigente del Calcio.
Las manifestaciones de Platini y de Abete se han producido en Roma, que este martes vive una ceremonia en la que, como es habitual desde 1997, la ciudad anfitriona de la final de la Liga de Campeones recibe el trofeo de manos del último campeón, en este caso, del Manchester United, para exponerlo hasta la disputa de esa final del 27 de mayo.
La ceremonia de entrega de este año ha tenido lugar en la Sala Protomoteca del Campidoglio de la capital italiana. El campeón de 2008, representado por su embajador Ole Gunnar Solskjaer, devolvía formalmente el trofeo al presidente de la UEFA, para que éste se lo entregara después al alcalde de Roma, Gianni Alemanno.