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Phelps supera a Ian Thorpe con su séptimo séptimo oro y un error de Crocker en relevos lo aparta del octavo

El estadounidense Michael Phelps ha superado en Melbourne un desafío más en su carrera deportiva y está muy cerca ya de ser el mejor nadador de la historia: solo le queda un objetivo, superar en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 el récord de siete medallas de oro de su compatriota Mark Spitz en los de Munich 72. Phelps se ha quedado en Melbourne en siete medallas de oro y sólo perdió la octava por la precipitación de su compañero y rival en las pruebas de mariposa Ian Crocker, que se adelantó en su relevo en las series del 4x100 estilos y provocó la descalificación de su equipo, que tenía casi asegurada la medalla de oro.

El estadounidense Michael Phelps ha superado en Melbourne un desafío más en su carrera deportiva y está muy cerca ya de ser el mejor nadador de la historia: solo le queda un objetivo, superar en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 el récord de siete medallas de oro de su compatriota Mark Spitz en los de Munich 72. Phelps se ha quedado en Melbourne en siete medallas de oro y sólo perdió la octava por la precipitación de su compañero y rival en las pruebas de mariposa Ian Crocker, que se adelantó en su relevo en las series del 4x100 estilos y provocó la descalificación de su equipo, que tenía casi asegurada la medalla de oro.
L D (EFE) El nadador de Baltimore ganó los 100 y 200 mariposa, los 200 y 400 estilos, los 200 libre y los relevos 4x100 y 4x200 libre. Además batió los récords de 200 libre, 200 mariposa, 200 estilos y 400 estilos y con el equipo estadounidense el del relevo largo. Ha superado con su séptima medalla en Melbourne el récord del australiano Ian Thorpe de seis medallas de oro conseguidas en un mismo mundial.

Phelps, nacido en 1985, es también quien tiene más medallas de oro en la historia de los mundiales, con dieciséis en cuatro participaciones, Fukuoka 2001, Barcelona 2003, Montreal 2005 y Melbourne 2007. Thorpe ganó seis medallas de oro en los Mundiales de Fukuoka, en Japón. La réplica femenina a la figura de Phelps la dio la australiana Lisbeth Lenton, que se ha convertido en la heroína de la natación local con cinco medallas, todas de oro: 100 mariposa, 100 libre, 50 libre, 4x100 libre y 4x100 estilos.

La nadadora de Townsville, en la costa oeste de Australia, también contribuyó a rebajar el récord del mundo de los 4x100 estilos. Frente a la australiana también destacó la francesa Laure Manaudou, aunque, quizás, trató de competir en demasiadas pruebas y acabó pagándolo. La francesa ganó tres medallas de oro, en 200 y 400 libre y en los 100 espalda, más la plata en 800 metros libre y el bronce en el 4x200.

La decepción fue el australiano Gran Hackett, que en lo que debía ser "su" mundial falló desde el primer día cuando solo pudo ganar la medalla de bronce en el 400 y se quedó fuera del podio en el 800 y el 1.500, dos pruebas que en las que era campeón del mundo y olímpico en la más larga. En el medallero final los Estados Unidos no tuvieron rival. Sumaron entre las pruebas de natación, aguas abiertas, saltos, waterpolo y sincronizada 40 medallas, 21 de oro, 14 de plata y cinco bronces.
 
Los Mundiales de Melbourne se han visto ensombrecidos en su recta final por la confirmación de la Federación Internacional de Natación de que ha pedido al Tribunal de Arbitraje del Deporte que investigue unas muestras de un control antidopaje efectuadas en mayo de 2006 a un nadador australiano. El diario francés L'Equipe informó el viernes pasado que se trataba del nadador retirado el pasado noviembre Ian Thorpe, que tiene cinco medallas olímpicas y es un héroe en su país.

La noticia conmocionó a Thorpe, que no supo nada hasta el sábado por la mañana y defendió en una multitudinaria rueda de prensa el domingo su inocencia. El incidente entre el entrenador ucraniano Mikhailov Zubkov y su hija, la nadadora Kateryna Zubkova, también dio una imagen negativa de los campeonatos y de la natación. El padre y entrenador fue grabado por un canal de televisión local comportándose de forma muy violenta en una habitación destinada a los árbitros.

La policía y la justicia australianas tuvieron que intervenir y, aunque un juez emitió una orden de alejamiento contra el padre, finalmente la levantó cuando éste prometió ante un jurado que no volvería a comportarse de esa forma con su hija.

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